La Feria Internacional del Libro en Bogotá desde hace 35 años reúne en un solo sitio a diferentes autores, editores, distribuidores, bibliotecas y universidades, buscando conectar con las personas a través de la cadena del libro. Así, resulta ser un espacio cultural perfecto para cualquier plan, en donde niños y niñas, adolescentes, adultos y personas mayores asisten a este gran evento que logra reunir a toda Bogotá en un solo sitio. 

Por segundo año consecutivo, Programa Cuba participó con un stand propio en la FILBO, en donde, de acuerdo con la misión que nos hemos propuesto, se buscaban dos cosas: promover un diálogo entre intelectuales cubanos y académicos colombianos; y por el otro, sensibilizar a la sociedad civil en Colombia sobre la situación política, económica y social de la isla. Es así como en este espacio se presentó como un reto y un cuestionamiento sobre cómo lograr mover aquella estructura académica que se tenía desde las investigaciones a un espacio lejano de la universidad. 

Desde la academia es claro que se tiene un compromiso que va desde investigar hasta intervenir socialmente a través de propuestas y formando a la sociedad civil (Acosta, 2022), sin quedarnos en una estructura de privilegio creando teorías y conceptos, de una manera rigurosa y crítica. Pero esto, siempre debe ir acompañado de una articulación con la sociedad: a través de experiencias, del reconocimiento al otro y de diálogo. 

Ahora, en la práctica esto fue más difícil. Desde un inicio había muchas personas interesadas que se acercaban al stand para preguntar de qué se trataba, qué hacíamos y por qué Cuba. Les contábamos sobre el costo que tenía hacer una academia rigurosa y critica en Cuba, cómo todo lo que no entrara dentro del elemento discursivo de “La Revolución” no tenía espacio y cómo cada vez que la academia y la sociedad civil se vuelve más crítica, más control y censura se ejerce por parte del gobierno. También, mencionábamos cómo buscábamos articular con académicos cubanos y miembros de la sociedad civil para darles un espacio y que pudieran dar a conocer lo que piensan. 

En el stand siempre se estuvo abierto al cuestionamiento y al debate, desde el respeto y la argumentación, por lo que encontrábamos diversas posiciones, en donde no siempre coincidíamos, lo que nos permitía debatir, coincidir en algunos puntos y disentir en otros, saliendo de la zona de confort en la que habíamos estado y, asimismo, abriéndonos a diferentes perspectivas que no habíamos profundizado antes. Resultó un espacio útil para el diálogo, en donde a través de la construcción mutua, se pudieron llegar a conclusiones valiosas para la hora de analizar y hablar sobre Cuba. Todo esto permitió no solo trasladar estas estructuras académicas a otros espacios, sino también enriquecerlas y conectar a través de un libro, un mapa o una simple conversación. 

Referencia

Acosta, E. (2022). A un año del grito de libertad: Perspectiva académica [Webinar]. Programa Cuba. https://www.facebook.com/ProgramaCuba/videos/542550167550252