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FORO CUBANO Vol 7, No. 68 – TEMA:  Terrorismo de Estado en América Latina

Entrevista Ileana Álvarez "La realidad de la salud reproductiva en la dictadura más antigua de América Latina"

Por: Ángela Mariottiz
Agosto y septiembre de 2024

En el marco de la cátedra inaugural del Programa Cuba: “¿Cómo han cambiado las revoluciones la vida de las mujeres?” Ileana Álvarez, fundadora del Observatorio de derechos AlasTensas, filóloga, poeta, y ensayista cubana fue entrevistada por Ángela Mariottiz, coordinadora del semillero de Investigación Programa Cuba, y Demian Danielle García, coordinadore del Consejo Consultivo LBGTIQ+ de Chapinero, Bogotá. 

Ángela Mariottiz (A.M.): Para empezar la entrevista, cuéntanos sobre ti y tu trayectoria en el mundo artístico/profesional.

 

Ileana Álvarez (I.A.): Soy Ileana Álvarez, vengo de Cuba y me exilié en el 2018 en España a causa de periodismo independiente que estaba realizando y el activismo feminista. Ya no soy tan joven, por tanto, es bastante larga la historia de mi vida, y creo que intensa ¡como debe ser! Todas las historias son interesantes, pienso yo. Y la mía no ha dejado de estar compuesta por momentos dramáticos y también alegres. Siempre me ha definido más que como feminista, que, como periodista independiente, como poeta, porque muy tempranamente comenzó mi amor por la literatura y específicamente por la poesía. Al morir mi padre, que murió de cáncer a los 16 años, descubrí que era la manera de yo de encausar ese dolor porque tenía una relación muy especial con él y además lo vi sufrir durante tres años, toda mi adolescencia fue muy triste por eso. Entonces encausé ese dolor a través de la propia literatura. Yo digo que de alguna manera la literatura ha transversalizado todas mis acciones, ha estado como el sustento. Y cuando en algún momento dentro de lo que estoy haciendo ahora, que es mi activismo feminista y el periodismo independiente que llevo como gestora de Alas Tensas, cuando he tenido esos momentos de crisis que también existen, como es lógico cuando se está liderando un proyecto o cuando estás esperanzado en algo que no logras obtener y demás cuando han tenido momentos confusos. También me ha salvado la propia poesía, la propia literatura. Entonces esa es mi definición.

 

Soy esencialmente una poeta que tiene momentos de vacío y de depresión, pero que a la larga siempre es la poesía quien le da la fe y la esperanza de que puede existir un mundo mejor, de que puedan cambiarse las cosas como están y que pueda existir un mundo más igualitario. Estudié Filología, lo tenía muy claro cuando estaba en el momento de elegir mi carrera tenía bien claro cuál era mi vocación y por eso elegí Filología. Ahí tempranamente como filóloga, me di cuenta de que existía un canon literario también muy patriarcal. Es decir, las mujeres prácticamente estamos excluidas de las asignaturas. Tú te dabas cuenta que en los temas de estudio las mujeres apenas aparecían. Si ibas tanto como pensadora, como teóricas de la propia literatura que como sujeto de la propia literatura, es decir, como creadoras, prácticamente eran uno o dos nombres y te dabas cuenta de que existía un canon también patriarcal, que invisibilizaba la labor creadora de la mujer a lo largo de la historia y entonces desde la propia universidad, desde el propio Filología, eh la Universidad Central de las Villas, una universidad que es quizás la segunda en importancia dentro del país, trate de hacer una labor de empezar a visibilizar incluso que a esos planes de estudios que eran tan patriarcales, tan machista, empezaran a ser cambiado y se le diera un poco más de voz a todas las mujeres que yo sabía que conocía, que escribían, que existían y que eran expulsadas de la historia de la literatura, precisamente porque quienes hacían la historia de la literatura eran los hombres y los hombres que tenían una posición evidentemente machista al excluir a las mujeres como creadoras.

 

Ese fue mi primer acercamiento con el feminismo. Siempre lo he dicho en otras entrevistas que me han realizado, que fue a través de la propia literatura, que yo comencé a enamorarme de del feminismo, a conocer la importancia del movimiento, a conocer cómo realmente el feminismo podía ser bien porque podía darle voz a lo que durante mucho tiempo había sido callado, que era la labor que las mujeres habíamos realizado en todos los ámbitos, ya no solamente de los del mundo de la creación y de del arte, de las humanidades, sino también como pensador, como pensadoras y como científicas y en otros ámbitos de la vida en sentido general. Entonces nos habían siempre recluido al ámbito privado y era necesario de que empezara a tratarse o a tener otra visión de acercamiento y a revelar toda esa grandeza que había en las mujeres necesariamente en Cuba. La mujer cubana siempre ha estado vinculada a la Revolución, como que es la salvadora de la Revolución, la que ha estado apoyando la Revolución y es la que ha estado apoyando también la casa. Entonces la salvadora de la familia, la salvadora del hogar. Y ese papel de salvadora era minimizado también otras labores tan importantes de la mujer como como puede ser en el ámbito de la propia creación artística, literaria, científica, de cualquier índole. Y también el hecho de que no somos salvadoras de nada.

 

Somos personas que de alguna manera también tenemos nuestras debilidades, en el sentido de que también nos deprimimos. También tenemos problemas de salud mental, porque entonces siempre nos han visto como que somos fuertes, mujeres fuertes, que somos capaces de llevarlo todo, que somos capaces de sostener ese proyecto que es tan machista, tan patriarcal y lo que nos han instrumentalizado todo el tiempo. Los políticos, los instrumentalizados, nos han tratado de manipular de alguna manera y de alguna manera con esa manipulación y esa instrumentalización ha ocultado nuestras verdaderas problemáticas. Entonces, como te decía, primero fue en la universidad, ese descubrimiento que la propia literatura y el canon machista literario que entré en contacto con el feminismo a través de la crítica feminista y los estudios literarios con enfoque de género. Y eso me fue llevando ya a otras teóricas del feminismo mucho más actuales de la tercera y la cuarta ola. Todas esas ideas la fui llevando a donde fui a hacer mis primeros trabajos como profesional. Tanto académico, porque por un largo tiempo fue profesora de la Universidad de Ciego de Ávila en el área de Humanidades específicamente, en lo referente a los estudios socioculturales era mi trauma. Y entonces no solamente en la academia, sino también en las propias revistas en los cuales yo era directora y demás, fue incluyendo esta visión necesaria desde la perspectiva de género, de los enfoques de género interseccionales para ver los aportes que habían sido durante mucho tiempo invisibilizado por la cultura patriarcal en el poder y que era necesario realmente derrumbar con visiones distintas, como las visiones de las mujeres, porque la mujer necesitaba ser contada por la propia mujer.

 

Entonces, la otra cosa importante que me di cuenta cuando se hablaba alguna vez de que una mujer era el hombre quien hablaba de esa mujer, si iban a hablar de una de una mujer, por ejemplo Dulce María Loynaz, una de las pocas mujeres escritoras que se conocían en Cuba y que era la única que aparecía porque no les quedaba más remedio en los libros de estudio,  quienes daban esa visión eran los hombres, o sea, entre otras cosas, por ejemplo, hizo un libro de ensayo en el centenario de Dulce María Loynaz, de nacimiento de Dulce María Loynaz, eh, que se llama Dulce María Loynaz, La agonía de un mito. Y publiqué ese libro ensayo que fue en ese momento, bastante reconocido y premiado, que contenía mi visión como mujer de la poesía y del mito de Dulce María Loynaz, es decir, la importancia que es tratar de cambiar las mujeres admiradas y contadas por mujeres.

 

Y también en ese sentido hice mucho énfasis en los propios, diríamos proyectos literarios, los cuales emprendí. En 2005 junto a mi esposo creamos el proyecto Árbol Invertido. Desde sus inicios tenía la idea de ser un proyecto literario, cultural y de tierra adentro, en el sentido que también nosotros notábamos que como en todos los totalitarismos, hay también un clasismo y un centrismo en el sentido de que hay una capitalización de las pocas oportunidades en esos lugares, de las grandes ciudades, en este caso de la ciudad capital. Y otras regiones del país eran ocultadas. Esto ocurría en el caso del arte, pero ocurre en todos los niveles de la sociedad. También las desigualdades también las discriminaciones son menos visibles. Y entonces esa fue una de las razones también por la que nos dio la idea de crear esta revista que visualizaba la obra de los creadores y en ese momento, también a través de la propia obra de los creadores, porque la literatura a veces cuenta más que los propios libros de historia. A través de esta idea de qué mostrar y lo que pensaba, lo que escribían creadores de tierra adentro, entre ellos muchas mujeres. Refleja la realidad del mundo interior de la isla, que era mucho más dura, era mucho más de contrastes y desigualdades que lo que podía percibirse en la en la urbe capitalina. Y bueno, posteriormente de haber creado esta esta revista, me di cuenta de que, y cuando ocurre la gran explosión de los medios independiente cubano, con la llegada de Obama y todo lo demás, me di cuenta que era importante y que no existía hasta ese momento un medio que reflejara las problemáticas de las mujeres, donde las mujeres se vieran reflejada, que fuera un medio independiente, además autónomo y que a la vez tratar de cubrir ese vacío a nivel de la comunicación, que era uno de los problemas reales que afectaban a la mujer cubana en el siglo 21. Entonces, en el 2016 creé Alas Tensas. Esa fue la causa. Diríamos que la principal motivación es que notaba que había un vacío comunicacional acerca de que no se veían reflejadas estas problemáticas reales de la mujer cubana que habían sido siempre, como te decía, invisibilizadas o romantizado a través de la prensa oficial u obviada a través de otros proyectos independientes.

Demian Danielle García (D.D.G.): Sabemos que en Cuba las mujeres sufren no solo de una violencia desatada sino también que viven dentro de un entorno machista y misógino que es cultural. ¿Desde tu vivencia y conocimientos qué retos específicos enfrentan las mujeres cubanas día a día?

 

(I.A.): Primero quiero hacer un paréntesis porque es importante. Yo fui testigo muy pequeña de una violencia de género que terminó realmente con un feminicidio y eso me marcó de alguna manera toda mi vida. Yo pensaba que yo tenía alguna deuda con aquella vecina querida que había sido ultimada por un agresor machista. Y eso fue esa semilla que fue creciendo hasta que brotó con Alas Tensas, porque Milagrito, que fue la persona que murió representaba muchas mujeres en Cuba. Desgraciadamente el feminicidio en Cuba es ocultado. La violencia de género es ocultada. Ahora no más, después de la incidencia que ha tenido el movimiento feminista en el activismo de la sociedad civil, entonces es que comienza entonces el propio Estado a decirte que si existe violencia de género y que desgraciadamente la violencia después de la pandemia se ha incrementado, pero eso antes, antes de la pandemia es decir esto ocurre ahora, este año, por ejemplo estas manifestaciones de reconocer que existe el feminicidio y que existe la violencia de género, pero antes no, antes no existía. Y yo creo, y hay que ser justo, que todo el movimiento feminista cubano incipiente, pero de alguna manera ha tenido una fuerza y una incidencia enormes a nivel nacional e internacional. Y el grupo que conforma Alas Tensas, también lo ha lo ha realizado.

 

Entonces, además del proyecto este del 2016, nosotros creamos porque nos dimos cuenta una vez exiliados, que había también unos vacíos en cuanto a datos. En Cuba no hay datos de violencia de género, no se crean datos sobre esa violencia de género. Una de las grandes demandas del feminismo cubano ha sido la necesidad de visibilizar las estadísticas, porque si no se nombra el feminicidio, si no se nombra violencia, no se puede, realmente crear políticas públicas que puedan prevenirla si no se nombra un fenómeno ese fenómeno no existe. Así que lo primero que hemos logrado es por lo menos, es que ellos reconozcan que si está el problema con la creación de nosotros mismos, tratar de hacer a esa estadística que no existe o a las que no hay acceso normalmente.

 

Entonces creamos en 2019 el Observatorio de Género de Alas, que junto con la plataforma feminista Yo sí te creo, ha recopilado, denunciado y analizado los datos de la violencia de género y en específico de los feminicidios, y realiza informes semestrales anuales para analizar esos datos que se ha recopilado. Hacemos un súper filtro porque actuamos bajo condiciones de criminalización y sin tener acceso a las estadísticas ni a expedientes policiales ni a otro tipo de estadísticas que nos ayuden a completar todos esos datos. Aun así, ese subregistro que hemos realizado ha puesto sobre el debate público algo que no aparecía en el debate, que era el hecho de que existe violencia de género en Cuba, que existe feminicidio y que algo peor aún existe una dejación por parte del Estado, poco interés por parte del Estado por prevenirlos. Incluso el Estado, y esto lo entronco con tu pregunta y es uno de los grandes problemas que enfrenta la mujer cubana, es que el Estado cree que otorgándole penas de cadena perpetua o de 30 años a los agresores de violencia machista van a resolver el problema. Pero sabemos que el problema de la violencia machista es estructural. Es un sistema que domina el mundo, que se llama patriarcado y sobre el cual hay que horadar de diferentes partes de la sociedad. Y por tanto de más no es con un punitivismo. En este caso diríamos demagogo, que se trata de resolver los problemas de violencia de género, sino con medidas de prevención que incluya la educación sexual, que eduquen, que incluya la educación, el feminismo que se transversalizar una formación a todos los niveles de las personas que tienen que tratar con los agresores, que se creen nuevas formaciones en nuevas masculinidades. Porque si el agresor es un hombre el que ataca a la mujer y a la sociedad entera, hay que precisamente crearle nuevas masculinidades, deconstruir esos estereotipos que llevan largos años, décadas, milenios y han estado presentes en las sociedades. Y esa deconstrucción de esos estereotipos machistas que son, a la larga, la causa de que ocurran las violencias no es una labor de una o dos personas, no es una labor del Estado siquiera, es una labor de todas y de todos, de todas las instituciones y de todos los espacios en los cuales actúa la sociedad. Entonces, uno de los grandes desafíos de hoy es precisamente lograr que ese Estado, cuando haya reconocido la violencia, logre instrumentalizar los pocos decretos, leyes que tiene y lograr hacer una educación en nuevas sexualidades y que ese Estado además logre interactuar con la sociedad civil y escuchar a la sociedad civil. Pero sabemos que es un Estado totalitario y es un Estado que no escucha ni oye a los activistas independientes y ni tiene en cuenta nuestras demandas. Por tanto, además sabemos que la solución de parte de ellos no va a venir tan fácilmente.

 

Otro de los desafíos que enfrenta la mujer cubana y que eso está claro, es que con las crisis que han venido, que son crisis sucesivas, que se han ido incrementando con el pasar del tiempo, sobre todo a partir de la década del 90, con el llamado Período Especial, se fue acentuando, un Periodo Especial que aún no ha culminado, aunque haya habido espacio de menos problemas, realmente son menos problemas entre comillas porque a la larga de nuevo salen a la luz, como en este momento que estamos sufriendo una crisis alimentaria, una crisis política de liderazgo, una crisis económica y una crisis ideológica y social y de todos los sentidos y de valores, que es lo más duro y espiritual también dentro de la sociedad cubana, porque toda sociedad cubana está desgastada. El tejido social se ha resquebrajado porque los años de totalitarismo y dictadura provocan precisamente un daño en ese tejido social muy grande que a la larga hay como un desencanto dentro de la sociedad enorme. Y restaurar el cambio de ese tejido social, restaurar ese tejido social, va a costar mucho. Tenemos esperanza que una vez que cambie ese sistema, ese totalitarismo, logremos hacerlo. Pero sé que no va a ser de un día y otro, va a ser el esfuerzo de muchas personas, sobre todo de esas que han emigrado. Porque otro gran desafío que tenemos, y hay que tenerlo bien claro, es el hecho de que hay una migración sangrante, enorme, la sociedad cubana está sangrando. Sus personas más valiosas -los jóvenes- se han ido y entonces lo único que esperan, la única esperanza que tiene para salir de esa situación es emigrar. Porque sabemos de la represión a todas las personas que disienten, como lo demuestran los más de mil presos políticos en Cuba que se esconden o no quieren que se conozca. Entonces realmente que ellos creen que la única solución o, quizás la única esperanza que tienen es salir de esa dictadura salir de totalitarismo y hacer su vida en otro, en otro lugar.

 

(A.M.): Una pregunta ligada a esto que nos estás diciendo. La Federación de Mujeres Cubanas tiene como uno de sus pilares más grandes defender o promover la equidad de género. Dentro del contexto totalitario y restrictivo contra la mujer en Cuba ¿Qué tan distantes son esos principios que aparentemente defienden y que incluso actores internacionales han destacado, es esto real?

 

(I.A): En primer lugar, el hecho de que sea una sola organización, como lo expuse ayer en el en mi presentación. Una sola organización que absorbió toda la diversidad de organizaciones de mujeres a principios de los 60. Y donde único las mujeres pueden tener aparentemente amparos es en esa organización. Porque toda las asociaciones, todo, las organizaciones independientes son criminalizadas, no pueden existir. Solamente pueden existir aquellas asociaciones y organizaciones que respondan al Estado. Pero en el caso de la mujer, la única que existe, la FMC y ha sido una asociación que ha perdido mucho descrédito, la gente no cree en ellos. En Cuba, como en todos los totalitarismos, existe una gran diríamos, brecha entre lo que se dice, incluso lo que se exhiben a nivel de números porque manipulan las estadísticas y lo que es la verdad, lo que es la realidad, todo eso que ellos dicen a nivel de discurso, a nivel, a nivel de lavado de cara, porque algo así, es decir, es solamente un lavado de cara feminista, diríamos aparentemente feminista, porque tú vas a creer de una organización que siempre ha respondido a los mandatos del PCC. Cuando se realizaba un congreso de la FMC, ¿quién lo inauguraba, quién lo despedía? Era Fidel Castro, un hombre. Y ahí está siempre la bota de él en todo lo que se dice. Y él se tomaba el derecho de hablar por las mujeres. ¿Por qué las mujeres no podemos hablar por nosotras mismas? Porque eso de hablar nosotras nunca lo hemos logrado y mucho menos a través de una organización que yo considero que es una organización paraestatal que de ong no tiene nada, que responde simplemente a los mandatos del PCC hasta el día de hoy y que es una organización fallida en el sentido que no provoca la diversidad. Qué tú crees de una organización que solamente defiende a las mujeres que son partidarias del Estado, Aquellas mujeres, por ejemplo, que exigen su derecho, que exigen su derecho de participar en la vida política del país, que exigen su derecho de estar en el espacio público, son hasta reprimidas por la propia organización de la FMC.

 

Por ejemplo, la FMC no reconoce que hay presa políticas dentro de las cárceles cubanas, presas políticas que están bajo un acoso permanente, bajo tortura física, psicológicas, bajo unas condiciones de higiene y de insalubridad tremenda, unas presas políticas que ni siquiera se les permite lo que está establecido en el Código Penal, que es el hecho de que tú cuando compras la mitad de tu de tu condena, puedes salir. No, se le hace todo tipo de recrudecimiento de sus penas, se les tortura, por ejemplo, de esta manera, si viven cerca de un lugar, la llevan a la cárcel que esté mucho más alejada de sus familiares, como es el caso de la presa política Alexandra Góngora, que cumple 14 años solamente por participar en las manifestaciones del 11 J. Solamente por asumir el derecho de que como mujer estar en el espacio público, reclamar sus derechos. Esa mujer cumple 14 años de condena, ha estado en aislamiento y la trasladaron muy lejos, muchos kilómetros de donde más lejos podían estar de sus familiares en una isla que se llama La Isla de la Juventud, que es una isla apartada de la isla central de Cuba. Eso es una tortura. Y eran lo que era, mírelo como lo mire. Además de esa condena exacerbada de 14 años simplemente por participar en una manifestación en la que participaron miles y miles de personas clamando por sus derechos el 11 y el 12 de julio. Entonces te das cuenta efectivamente, que no se puede creer en esa diferencia que niega que existan personas como como Lisandra, que niega, por ejemplo, y no hace absolutamente nada por una persona transexual, como es el caso de la mujer trans Brenda Díaz. Que también está condenada a 14 años por manifestarse en ese mismo estallido del 11J. Y Brenda es una mujer trans, está recluida en una cárcel de hombres. Y para colmo, el hecho de haber estado vestida de mujer como normalmente hace, porque es una mujer pues simplemente en el juicio le dijeron que el hecho de estar vestida así era un agravante y por eso la condenaron aún más. Fíjate que transfobia contra Brenda Díaz.

 

Entonces tú te vas dando cuenta de que no defiende las diversidades sexuales, no defiende a las distintas mujeres, porque las mujeres cubanas no somos una, somos quizás las que piensan como la FMC, pero somos una gran parte que no piensan como ellas, que no quieren ese gobierno, que quieren cambio. Somos la madre que no tiene cómo sustentar a sus hijos. Somos aquella madre que está apoyando a su hijo preso político injustamente y que tiene todo el derecho al mundo de clamar porque lo liberen las mujeres cubanas. Es también la anciana que ha sido abandonada, que no le alcanza la jubilación para llegar a fin de mes. La mujer cubana es la niña esa que es violada y que la FMC no da datos de esas niñas violadas y esos agresores ni tienen políticas públicas para evitar las agresiones sexuales en escuelas, en otro tipo de institución pública. Es decir, qué me vas a hablar de una organización realmente que lo único que le interesa es defender los intereses del PSC y de la casta que ha creado este gobierno dictatorial durante más de 60.

 

(D.D.G): Cuba le vende al mundo una imagen idílica a partir de la propaganda en la que se presenta una realidad idílica y utópica. Esto ha hecho que el movimiento feminista latinoamericano se atenga a esa idea utópica. Se dice que el feminismo latinoamericano ha abandonado a las mujeres en Cuba. ¿Cómo se puede replantear esto desde los movimientos feministas, y qué se puede hacer realmente para apoyar a las mujeres en cubanas?

 

(I.A.): Es algo que yo nunca he podido entender, que a esta altura, a más de 60 años de haberse creado esa revolución y con tantos testimonios que han dado las mujeres de la represión, del acoso, de la violencia que han existido con tantas muertes que ya no pueden hablar porque han sido víctimas del maltrato y la agresión, no solamente de su pareja o expareja, sino también del propio Estado. Porque las mujeres cubanas, desgraciadamente a veces las víctimas de los feminicidios son doblemente asesinadas cuando el Estado no las nombra, cuando el Estado la invisibiliza, cuando el Estado las oculta, además el abandono también de la familia, porque como sabemos, cuando muere una mujer a causa de la violencia machista, no solamente muere ella, sino también hay otras víctimas. Porque las mujeres cubanas son cuidadoras y son las responsables del hogar. Se afectan los hijos e hijas e hijos y quizás la madre que, a quien han estado cuidando, está afectada toda la familia. Al ser el entorno total de la mujeres agredido también y violentado cuando ocurre un feminicidio y son abandonados por el Estado. No existen ayudas claras a esas personas que se han dejado tantas personas dependientes. Esas mujeres que han muerto y que han dejado tantas personas dependientes. Entonces ante esto, tú te das cuenta que todas estas experiencias, todas estas desigualdades y opresiones que se han puesto a la luz de diferentes maneras porque las mujeres hablan. Y las organizaciones también ayudan a recoger estos testimonios. Tú te quedas fría de que todavía existan personas en Latinoamérica que defiendan ese imaginario de Cuba como una utopía. Eso yo pienso que está siendo desmontado. En primer lugar, porque las propias evidencias, la propia realidad, lo está, lo está mostrando, pero también nosotros con eventos como el que pasó ayer, por ejemplo, en que tuvimos la oportunidad de hablar de nuestra propia experiencia, ayudamos a desmontar ese mito, a desmitificar ya esta altura es para que nadie creyera en eso. Vaya, yo no entiendo cómo puede haber estas cosas. Y sí creo que el feminismo latinoamericano tiene una deuda muy grande con las feministas cubanas.

 

El feminismo tiene que ser el movimiento de contrapoder, ya sea derecha o izquierda. Porque el poder siempre es patriarcal. De alguna manera es verticalista y por tanto, la manera en que hacemos feminismo de Estado es peligroso porque la esencia misma, la opinión del feminismo se puede perder. Qué es precisamente ser como nació ella: Ser un movimiento que está siempre cuestionando al poder, porque el poder es patriarcal. Y ayudando, haciendo posible, y presionando para que ese poder logre hacer políticas que nos beneficien a todas, a todos y a todes. Entonces, veo a feministas latinoamericanas que porque es una dictadura de izquierda y es de izquierda, entonces ahí sí que las mujeres no las pueden defender. Porque están defendiendo una ideología y están defendiendo que no es la ideología feminista, que no es el feminismo. Seguimos un movimiento que es muy complejo, muy heterogéneo, es interseccional,  es un proceso, diríamos, cada vez evolucionando, porque la propia realidad va evolucionando y eso mismo va evolucionando con él, respondiendo a esos nuevos contextos y a esas nuevas realidades. Cuando el feminismo se estanca y se convierte en feminismo de Estado, es muy peligroso en mí, en mi opinión. Yo creo que ese mundo siempre es contestatario. Siempre está cuestionando el poder, siempre el poder está en su punto de mira, porque el poder hasta hasta el momento es patriarcal y quien lo demuestra precisamente hay muchas mujeres que han llegado al poder, sin embargo, sus políticas no han ayudado a eliminar las desigualdades y las opresiones de todas las mujeres y de las de los grupos y minorías y de las personas vulnerablesEntonces lo que podemos hacer… podemos hacer muchas cosas. El evento de ayer, por ejemplo, es una muestra de cómo podemos ir desmontando ese mito. Pero podemos también hacer público nuestros testimonios y seguir hablando, no nos pueden hacer callar.

 

(A.M): En América Latina y en el mundo entero podemos ver la problemática del alza de las cifras en prostitución y explotación sexual, particularmente en Cuba no existen cifras exactas sobre esto. ¿crees que Cuba es un Estado cómplice, o crees que se debe a la falta de capacidad institucional?

 

(I.A.): Yo creo que hay algo de las dos cosas. Es un Estado cómplice en la medida de que uno no hace público todo lo que debe hacerse público y si tú no haces público, no nombras los problemas, el problema no existe, por tanto, no hay que trabajar sobre él. Por ejemplo, en la década del 90, con todas estas cosas que hubo, hubo un alza de la prostitución en Cuba. Aparentemente en la década del 60 había sido eliminado en la década del 90 resurge con todos los estereotipos sexuales de la mujer cubana que era vaporosa, sensual y demás, que llamó desgraciadamente la atención de muchos turistas europeos que venían a hacer turismo sexual a Cuba. Y desgraciadamente muchas niñas estaban dentro de ese turismo sexual. Como era tan evidente todo lo que pasaba en Cuba, el gobierno tuvo que reconocerlo y actuar sobre ello. ¿Cuál fue la actuación? Haciendo presa a las muchachas y haciendo políticas que realmente no, no beneficiaban la situación y metiéndolas en el campo de reeducación. Yo tengo una entrevista acerca de una muchacha que precisamente es educada, por haber ejercido como jinetera que era como se llamaba en Cuba, porque tenía que darle de comer a su familia. Era la solución que encontró de una crisis tremenda. No había nada que comer. Muchas encontraban una solución a sus problemas en eso. Pues entonces eso no ha desaparecido. Porque, por ejemplo, con todo este proceso de migración, las cubanas son víctimas de una trata sexual y muy, muy evidente. Por ejemplo, para pasar de un país a otro, a  través de esa caminata del Darién y todo esto hasta allá arriba, y luego para entrar en Estados, generalmente, a veces tienen que prostituirse. Y bueno, ha habido varios estudios que han demostrado que dentro de esa de esa red de trata hay muchas mujeres. Algunas, muchas llegan a Estados Unidos y han tenido que en ese trayecto vender su cuerpo para lograrlo. Pero también cuando vienen a Estados Unidos tienen que estar pagando a un proxeneta y a otra red propia en Estados Unidos para poder sobrevivir en Estados Unidos ya han encarcelado y desmantelado algunas de estas redes. Y todo esto te pone en evidencia: ¿Tú crees que Cuba ha hablado de eso ya y ha creado de alguna manera una concientización acerca de esto? Pues nada, hay una inexistencia y una insensibilidad extensa de política para tratar de eliminarlo y una insensibilidad con este fenómeno que es muy duro, muy duro, porque incluye no solo a mujeres adultas, sino también amenores de edad. Entonces creo que de las dos cosas: complicidad y falta de instrumentos.

 

(D.D.G): Sabemos que el aborto en Cuba es reconocido sólo hasta la semana 11 y que después está penalizado. Pero además si entendemos esto dentro de un contexto totalitario que posee un sistema de salud precario que centraliza la mayoría de los procedimientos se hacen en la Habana, realmente crees que el aborto es un medio de autonomía de las mujeres o se ha convertido en de tortuoso acceso?

 

(I.A.): Es un tema complejo. Uno, porque aunque no está criminalizado, de alguna manera se permite y las instituciones médicas permiten el aborto y la seguridad de este aborto. Hoy sabemos que a veces son políticas ineficientes y precisamente por educación sexual ineficiente el aborto a veces es utilizado como un método anticonceptivo e la adolescencia y esto es un peligro para los adolescentes. Pero lo peor es como en Cuba el aborto como tal, no está legislado con todas las de la ley. Eso no existe. Es una de las demandas del feminismo, una ley como tal, ley a favor del aborto. Es decir, está sotto voce, pero no existe una legislación fuerte. Es importante que haya una legislación fuerte acerca de eso. Y lo otro es que además de convertirse en un método anticonceptivo, actualmente con la crisis sanitaria y con la crisis que hay en todos los niveles, en todas las instituciones hospitalarias y sanitarias, el tener acceso al aborto ya es súper complejo, porque entonces, a pesar de ser una institución pública. Las mujeres y las niñas tienen que pagar. Y no todas pueden pagarlo. Entonces acuden a abortos clandestinos de alguna manera. Y a veces nosotros hemos documentado algunos casos en que estas personas mueren.

 

(D.D.G): ¿Entonces no es gratis?

 

(I.A.):  Se les paga por detrás a los médicos. Se hace de manera clandestina a veces o se le paga porque el deterioro de la institución de salud en Cuba ha sido tan grande que ahí, aunque todo sea gratis de alguna manera, las personas para acceder tienen que estar dándoles regalos en especie o en dinero a los médicos muchas veces y no todo el mundo tiene acceso a ella. Acceder al aborto también se ha convertido casi en un privilegio. Todo el mundo no puede acceder al aborto porque no hay un instrumental médico para acceder a ello. Es decir, ellos siempre han decidido que el aborto es una gran conquista de revolución, pero en mi opinión, obviaron políticas sexuales para tratar de evitar los embarazos precoces. Y provocaron que el aborto se convirtiera en un método anticonceptivo, evitando las píldoras y otro tipo de elementos para evitar el embarazo. Y otro. En la actualidad, la crisis sanitaria asistencial que hay en toda Cuba ha provocado precisamente que eso, que podría ser uno de los logros de la revolución, se haya deteriorado. En casi todos los años que había mucha corrupción se han deteriorado. Te pueden decir que la salud es pública, pero realmente te tienes que llevar todo el material quirúrgico, si te vas a operar o todo el mundo en medicamentos y si tienes algún tipo de problema. Por ejemplo, yo operé a mi mamá de la vista, y yo tuve que mandarle todo el material, incluyendo hasta el bisturí con el que se iba a hacer la operación, porque no existe en Cuba no hay hasta el gel que se le tenía que echar después de la catarata. Y hay buenos médicos. Sí, hay buenos médicos, pero los médicos son malos si no cuentan con las cosas. Entonces, desgraciadamente todo en la sociedad se ha deteriorado. Y también pienso que la moralidad, no de todos, pero sí de una parte también.  Entre los médicos, si tu no le das un regalo, si no le das algo, algún dinero, no te pasan de la cola para que tú accedas a una operación o a otra cosa. Entonces esto es muy complejo, muy duro: la gente, la insalubridad en los propias hospitales están no solamente sin instrumental, sin medicamentos, prácticamente sin médicos -porque muchos médicos se han ido- sino que además las condiciones ahí para el ingreso de sanitarias, de higiene son pésimas. La gente evita ir al hospital, van cuando no les queda más remedio porque como enfermarse de nuevo. Es muy peligroso porque todo está muy corrompido, diría yo. Eso también se ve afectado en la salud sexual y reproductiva. Puede haber un código de la familia y todo lo demás donde se puedan decir cosas, leydx es muy bonita, pero a la larga cuando se pone en práctica no se pueden poner. O no se ponen.

 

(D.D.G): Con respecto al aborto, se piensa que 11 semanas es mucho, pero realmente es poco. Si hay tantas barreras, ¿qué pasa con las mujeres que abortan después?  

 

(I.A.): No, no, generalmente es hasta la semana 11.  Un médico no te lo va a hacer si no es hasta la semana 11. Pero se han aplicado otras técnicas más Invasivas como en determinado momento. En Cuba hay mucha violencia obstétrica. Eso tiene que estar claro, pero es una de las violencias que está más invisibilizada, porque precisamente ocurre en el contexto de uno de los pilares de la Revolución que ellos quieren mantener como que es lo más grande, pero sabemos que está en crisis el sistema asistencial y sanitario en Cuba está totalmente, quizá por toda esta escasez, esta crisis que le acabo de decir, la emigración a otros países de los médicos y también el hecho de que de que el Estado utiliza los médicos para obtener divisas. Y entonces exporta los médicos como mano de obra a otros lugares y hace las llamadas misiones. O sea, hay pocos médicos prácticamente en Cuba. Los que hoy no tienen instrumental. Entonces existían métodos muy invasivos.  Muy tremendo, muy, muy terrible. Ya te digo, no hay muchos casos acerca de eso. Nosotros, por ejemplo, estamos incluyendo dentro de nuestro observatorio, el llamado Feminicidio Ginecobstétrico, que es una tipología de feminicidio que es importante visibilizar. Es dura porque están cubriéndose también el personal médico, pero el personal médico y el Estado tienen mucho que ver en las muertes que ocurren durante, antes del embarazo o en momentos que tienen que ver con con el aborto, etcétera. Tienen mucho que ver. Por ejemplo, hay una niña que está embarazada y no puede acceder a abortar que quiere abortar, no puede y se hace un aboryo clandestino, como está ocurriendo en Cuba, que está ocurriendo eso -desgraciadamente es terrible- te das cuenta de que el Estado tiene culpa. Si esa niña muere, es un feminicidio ginecobstétrico.

 

Entonces estamos tratando de visibilizar eso. Visibilizamos el año pasado precisamente por omisión, en tratar de ayudar a una paciente que tenía un embarazo utopico, y la dejación y todo, provocó la muerte de la paciente y eso nos llevó a considerarlo violencia de género y el Estado es responsable.

 

La tipología de los feminicidios tiene que ampliarse. No se puede reducir al ámbito de la pareja y expareja. Eso es muy serio. Las agresiones machistas y la violencia de género son estructurales y están presentes en muchos ámbitos de la sociedad. Por ejemplo, ahora mismo yo estaba viendo que en Venezuela in Observatorio de Venezuela, muy interesante, ha estado contabilizando la violencia feminicida que comete el Estado o los grupos paramilitares en Venezuela para eliminar a lideresas a mujeres. Ese es un tipo de feminicidio que establece en este caso al Estado como principal agresor contra esas mujeres que le conviene eliminarlas. Y ahí hay un sesgo de género, un sesgo machista, claro. Por tanto, además, nosotros optamos por una metodología muy amplia que no es excluyente que es inclusiva, que es más justa, que tiene una mayor proyección de justicia restaurativa con las víctimas y sus familiares.

 

Pensar que el feminicidio es algo que ocurre nada más en el ámbito familiar, en el ámbito de las relaciones de entre parejas o expar4ejas es realmente sesgar un fenómeno mucho más amplio y mucho más complejo. Están los feminicidios vicarios que los niegan y no los llaman así, los feminicidios familiares, los sexuales, los transfeminicidios. Hay otro tipo de feminicidio, que hay que tener en cuenta que es el suicidio feminicida y ocurre cuando, en un ciclo de violencia constante, la mujer no encuentra ningún tipo de solución a su situación y decide quitarse la vida. Es muy terrible y difícil de contabilizar, pero también es una víctima de violencia de género y por tanto tiene que ser nombrado así.

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