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FORO CUBANO Vol 7, No. 68 – TEMA:  Terrorismo de Estado en América Latina

Deporte y poder: los juegos en regímenes autoritarios y migración de atletas

Por: Juan Felipe Rocha Chaparro
Agosto y septiembre de 2024

Introducción

 

Los Juegos Olímpicos han sido un escenario global, donde se impulsa el mundo deportivo y genera una influencia en los contextos políticos. Asimismo, los atletas de alto rendimiento están sujetos a los sistemas autoritarios. En este breve ensayo hablaré de los siguientes casos: Juegos Olímpicos de Berlín 1936, Moscú 1980 y Pekín 2008 ya que presentan una correlación de similitud. Se analizará la relación entre estos eventos y los regímenes autoritarios que los organizaron como una herramienta de “soft power” o poder blando. Es decir, una forma de influir, proyectar su ideología y control social sin recurrir al uso de la violencia directa, pues se utilizan diversos mecanismos de opresión ciudadana, incluidos los deportistas de élite.

En estos contextos, los atletas no solo son competidores, sino símbolos nacionales con una amplia lealtad hacia el Estado que es posible de manipularse por las autoridades. Los deportistas se convierten en piezas clave por ser figuras representativas, mediante los usos propagandísticos sujetos al control y vigilancia. Para muchos, los juegos representan la oportunidad de escapar de la represión, lo que ha derivado en varios casos de migración y deserción de deportistas. Esto revela las tensiones políticas entre los regímenes autoritarios, de un lado, y los principios del olimpismo del otro.

 

Antecedentes históricos

Los enfrentamientos ideológicos han sido un factor determinante mediante las críticas desde el punto de vista político, social y deportivo a través de la participación de los medios de comunicación como actor fundamental a la hora de defender sus intereses e ideales que apoyen los sistemas autoritarios que tratan de transmitir cierta transparencia al representar sus buenas labores éticas defendiendo a sus atletas promoviendo y desafiando las injusticias políticas que hay de por medio.

Las prácticas autoritarias tienen antecedentes históricos relacionados con la migración de atletas dentro de los sistemas autoritarios donde ha sido foco de otros estudios en la academia. Autores como David Clay Large (2012)  ha analizado los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, mostrando como el Régimen Nazi los uso para proyectar la superioridad aria y consolidar el poder de Hitler. Otros casos como los Juegos de Moscú 1980 y Pekín 2008 donde Tomlinson y Brownell (2014), examinan estos eventos como un diagnóstico para legitimar los regímenes soviético y chino respectivamente.

La migración de atletas en estos contextos ha explorado el fenómeno de las deserciones en unas justas olímpicas durante la Guerra Fría, señalando como los deportistas del Bloque del Este veían las competencias intencionales como una oportunidad de escapar de la opresión. Investigaciones recientes demuestran el impacto de la diáspora deportiva y la creación del Equipo de Refugiados como símbolo de la esperanza para aquellos atletas huyan de esos sistemas que atentan con su vida y su libertad.

 

Juegos Olímpicos de Berlín 1936

Uno de los ejemplos más icónicos en el uso de unas justas olímpicas con fines políticos autoritarios es el caso de Berlín 1936, este evento fue organizado y auspiciado por el Régimen de Adolf Hitler. Hitler vio en estas olimpiadas la oportunidad de mostrar al mundo la superioridad de la raza aria y el poder de su gobierno se debe a que la mayoría de los deportistas estaban dopadas para obtener la mayoría de las medallas, aunque su plan se vio afectado por la victoria de atletas como Jesse Owens, quien ganó cuatro medallas de oro, estos juegos se catalogaron como un símbolo para el uso de fines propagandístico(Asín Fernández, 1998).

Los anuncios publicitarios fueron implementados por Joseph Goebbels, creando un proyecto político que pretendía hacerse fuerte más allá de las fronteras, era puesto en escena como un nuevo modelo de vida, de salud y estética corporal que para el imaginario de los dirigentes alemanes “nadie podría superar o contradecir”. Esto repercute a los planteamientos de Andelman (1972), explicando que hubo colaboraciones de índole económico garantizando la organización debido a la deuda externa que dejó mal parada tras finalizar la Primera Guerra Mundial, ya que su estabilidad económica en  aquel entonces no eran las mejores; a raíz de los problemas sociales Carl Diem y Lewald recibe plenos poderes y fueron los promotores y pilares de ejecutar los juegos creando nuevas modalidades para la gestión deportiva, creando federaciones y organizaciones lucrativas mejorando la calidad de vida de los atletas.

Durante las competencias hubo ciertas problemáticas que desencadenaron numerosas discriminaciones y boicots donde los deportistas judíos, gitanos y otros grupos fueron perseguidos y se vieron obligados a emigrar a otros lugares, en busca de mejores oportunidades tras el proyecto racial auspiciado por el régimen (Schnaidler, 2019). Los problemas migratorios se dieron a partir de dos casos particulares: El primer caso es la esgrimista Helena Mayer que tenía rasgos judíos, hizo parte de la delegación alemana y los mismos dirigentes internacionales aceptaron el argumento y los preparativos para que pueda mejorar su imagen competitiva. Mayer obtuvo medalla de plata en esgrima y luego se trasladó a Estados Unidos, tras del hecho de que no tenía grandes simpatías por la ideologización para calmar y suavizar la percepción del régimen Nazi en el escenario político y social, mientras seguían persiguiendo a las minorías dentro del país.

El segundo caso es cuando Ministro de la Propaganda Joseph Goebbels notificó a través de un comunicado la expulsión del campeón profesional semipesado Erich Seelig, por ser judío y por ende tuvo radicarse a Estados Unidos para continuar en gran parte su carrera como boxeador, debido a que la Asociación Alemana de Boxeo los excluyó por completo, como también pasó a varios atletas que fueron despojados y rechazados de las federaciones alemanes, acudieron a una masa de asociaciones independientes, incluyendo los Maccabee y Shield, construir sus propias instalaciones de entrenamiento, pero no tenían financiación debido a que los recursos estaban destinados por el régimen, ayudando a la raza perfecta y de este modo los Juegos Olímpicos fueron una manipulación para presentar a los periodistas, extranjeros y obviamente los deportistas de los 21 países representando ante una falsa imagen de una Alemania pacífica y tolerante.

 

Juegos Olímpicos y Guerra Fría

Estas justas olímpicas se dieron tras los enfrentamientos ideológicos en plena Guerra Fría y fueron organizados por la Unión Soviética, bajo las órdenes de un régimen comunista autoritario. La Invasión Soviética en Afganistán en 1979 provocó centenares críticas por parte de varios países de occidente, liderados por Estados Unidos para boicotear estos juegos. Moscú 1980 sirvió como una herramienta para demostrar que la Unión Soviética mostrará su capacidad para gobernar, mejorando las labores organizativas, tratando de mejorar su imagen Internacional en medio de las tensiones geopolíticas y obviamente los flujos migratorios de las personas y atletas que fueron maltratados y ultrajados por el Régimen (Onyestyák, 2009).

Un claro ejemplo de esta problemática es la delegación de Hungría, cuya cúpula deportiva ha estado históricamente dominada por hombres desde la creación de las federaciones deportivas. Esto ha dejado de lado la participación de las mujeres, a pesar de la influencia del régimen soviético en Hungría. Las organizaciones de seguridad del Estado garantizaron la solidez del comunismo como base del gobierno, reforzando esta exclusión.

La historia de los Juegos Olímpicos refleja la participación progresiva  de las mujeres en el mundo del deporte. Aunque en los primeros Juegos de  la era moderna, celebrados en 1896, las mujeres no tenían cabida, su debut se produjo en los Juegos de Paris 1900. A pesar de que la equidad con los hombre no se logró de inmediato, este paso fue importante hacia la  inclusión de las mujeres en el evento deportivo mas destacado a nivel mundial (N. S. Onyestyák & Gősi, 2020) . Sin embargo, la participación de las mujeres con el paso del tiempo ha intentado abrir nuevos caminos para no quedar excluida de un fenómeno social que nacía a la luz de la modernidad.

En el transcurso del siglo XX, surgieron deportistas pioneras y precisamente se ha llevado un análisis de la evolución del deporte femenino en Hungría, partiendo desde sus inicios de cómo se organizaron y que tuvo lugar a cierto retraso con respecto a los países europeos. Esta problemática radica por varios factores: la primera consiste en los rasgos distintivos de la política comunista que impulso para alcanzar la supremacía especialmente los Juegos Olímpicos, propiciaron encuentros con el mundo occidental y el segundo factor se da cuando los países varios países como la Alemania, Cuba y la Unión Soviética tomaron represalias por el boicot organizado por Estados Unidos debido a las preocupaciones y la protección de los deportistas en materia de seguridad en lo que consideraban como un entorno hostil y ferozmente anticomunista.

Los regímenes autoritarios Europa del Este y la Unión Soviética utilizaron los Juegos Olímpicos para exhibir su poder a través de los medios de propaganda para representar figuras emblemáticas como los son los deportistas de cualquier disciplina para dejar el buen nombre y patriotismo en su país, dejando de lado las controversias políticas, sociales e ideológicas (Zeiler, 2017). Muchos atletas fueron víctimas de la opresión social, de aquella época, por ende tuvieron que emigrar a otros países en busca de la libertad y brindar mejores oportunidades; las deserciones de atletas durante los Juegos Olímpicos de Melbourne de 1956, se convirtieron en episodios altamente politizados, porque los temas que se hablaba era sobre los conflictos de índole ideológico y usaban a los deportistas como carnada al momento de abandonar los regímenes comunistas, tomaban represalias contra sus familias y eran utilizados por los anuncios publicitarios ocasionados por Occidente. Sin embargo, estos casos pasaron a raíz del baño sangriento en Melbourne cuando se estaba disputando un partido de Waterpolo entre Hungría contra la URSS, se convirtió en una batalla campal, donde se podía reflejar las ansias de libertad de un país frente al comunismo (Ruiz, 2018).

Antes de que se disputaran las olimpiadas en Melbourne de 1956, Hungría era uno de los aliados más firmes de la URSS, se alzó una revolución en con el fin de conseguir la libertad para escoger su sistema político que gobernara el país. A raíz del enfrentamiento, los waterpolistas húngaros decidieron competir para blindar una alegría a su pueblo y en frente tenían a la URSS aliado de su gobierno, pero rival deportivo en busca de la medalla de oro y del pueblo húngaro sediento de la libertad. Hubo declaraciones que no les gustaron a los soviéticos por el simple hecho de que Hungría se iba a quedar con la medalla de oro(Sarnago Jiménez, 2019). Una vez terminado el partido ocasionaron peleas entre los jugadores de ambos bandos dejando la piscina teñida de sangre, dejando en claro que los húngaros ganaron ese partido como guerreros blindando su triunfo a su pueblo con gran simbolismo y luego varios jugadores emigraron a Estados Unidos y otros algunos países de Europa Occidental.

La participación femenina en la historia deportiva en Hungría ha sido excluida, porque no tenían las oportunidades suficientes y tenían que desplazarse a otros países para continuar con sus carreras deportivas y que en líneas generales esa profesión es muy corta, sin embargo, han buscado otras alternativas para subsistir y estudiar una profesión en otros lugares del mundo. Es por eso por lo que la representación femenina en los juegos olímpicos de verano en 1980 tuvo la tasa más baja de participación femenina obteniendo el 9%, mientras que la tasa más alta fue en las olimpiadas de Helsinki de 1952 fue el más exitoso teniendo una de las mejores participaciones femeninas durante la Guerra Fría dando a conocer su buen prontuario y así obtuvieron 6 medallas de oro, 3 de plata y 4 de bronce, representando el 14 por ciento del Equipo. Los deportes más destacados en ese entonces fue la natación y la gimnasia, las atletas húngaras fue la gimnasta Angnes Keleti, la mujer con más medallas en la historia de los Juegos Olímpicos con 5 medallas de oro y 10 medallas en total en todas las ediciones y Margie Korondi junto con las nadadoras Valeria Gyenge, Katalin Szoke y Eva Szekely que triunfaron individualmente y compartieron triunfos tanto en la natación y la gimnasia acuática.

 

Juegos Olímpicos de Beijing 2008

El contexto político de China en el 2008 es diferente al de los regímenes autoritarios clásicos, las olimpiadas en Beijing también ha sido objeto de análisis en términos de propaganda y control estatal (Wang & Recoder, 2014) El partido comunista chino utilizó los juegos como una plataforma para reforzar la imagen de potencia emergente, ocultando las problemáticas sociales y políticas en temas migratorios debido a los malos tratos e inhumanos, ocultando las críticas sobre el historial de Derechos Humanos, la represión en el Tíbet y el control político Interno(Aministía Internacional, 2023).

Durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, se incrementaron las migraciones de personas provenientes de China, se dirigieron a España aproximadamente 387 chinos, y que su proceso se da a raíz de la explotación laboral en alta mar, realizando trabajos forzosos sin ningún tipo de cuidado y que actualmente han recurrido a trabajos y hacer un proceso de colonización en la construcción de barrios chinos en las grandes capitales para promover su cultura y tradición (Beltran, 2009).

Los Juegos Olímpicos de Beijing fue una idea bastante interesante para toda la audiencia a nivel global, porque el Comité Olímpico Internacional (COI) promovió un proyecto de People Olympics Games que significa que las justas olímpicas tengan un enriquecimiento para compartir ciertos componentes culturales relacionados con lo deportivo(Wang & Recoder, 2014) Este proyecto hace un acercamiento de manera social y política que promueva el espíritu nacional y sirve como un instrumento mezclando las diversidades culturales de China y occidente, lo que hoy en día es la creación del Equipo Olímpico de Refugiados que es el símbolo del impacto de la migración forzada en el deporte global, y cómo los atletas, incluso en situaciones de exilio, siguen luchando por representar su espíritu olímpico, impulsando la diáspora deportiva, en la cual los atletas que han emigrado debido a los ataques de los regímenes autoritarios en la búsqueda de nuevas oportunidades en otros países.

El deporte en China es una extensión estratégica de su poder blando, utilizando el éxito deportivo como una imagen de proyectar su influencia global y mejorar su imagen. Sin embargo, presentan tensiones políticas y los problemas migratorios, reflejan dificultades que enfrentan aquellos que buscan escapar del control estatal o de las políticas restrictivas del régimen. Los informes que realiza Amnistía Internacional (2023) en materia de Derechos Humanos han reflejado represiones a minorías étnicas y a deportistas que pertenecen a la comunidad uigur, que son fundamentales para entender el contexto migratorio chino. Estos informes ofrecen una información más detallada sobre la represión de derechos en el ámbito deportivo y varios deportistas han sido forzados a migrar y desertar. El deporte en China ha explorado diversas formas de integración social a través del proceso educativo comenzando desde la formación infantil y garantizar la legitimad política utilizando herramientas que encaminan el éxito cultural tocando los temas migratorios de los atletas chinos que surgen en la diáspora deportiva.

Podemos concluir que los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, Moscú 1980 y Beijing 2008 han sido un claros ejemplos de como los regímenes autoritarios han utilizado el deporte como una plataforma política para consolidar su imagen y proyectar el poder más allá de sus fronteras. Aunque cada uno de estos eventos ocurrió contextos históricos, sociales y políticos diferentes,  comparten similitudes en cuanto a su manipulación mediática y la instrumentalización de los atletas como símbolos del régimen.

En Berlín 1936, el régimen nazi utilizó los Juegos Olímpicos para demostrar la “superioridad aria”, aprovechando la plataforma internacional para ocultar la represión interna y proyectar una imagen de fortaleza y orden. El impacto propagandístico fue tal que, aunque atletas como Jesse Owens socavaron la narrativa nazi con sus victorias, el evento fue recordado como una victoria propagandística para Hitler.

En las olimpiadas de Moscú 1980, en plena Guerra Fría, la Unión Soviética aprovechó los Juegos para fortalecer su imagen en medio de las críticas internacionales por la invasión de Afganistán. Aunque varios países occidentales, encabezados por Estados Unidos, boicotearon los Juegos, la URSS trató de mostrarse como una potencia estable y organizada, mientras que las tensiones migratorias y las deserciones de atletas del Bloque del Este pusieron de manifiesto las contradicciones internas del régimen comunista.

Finalmente, los Juegos de Beijing 2008 representaron el uso más moderno del soft power en un contexto autoritario. El régimen chino utilizó los Juegos para reafirmarse como una potencia emergente, ocultando las problemáticas de derechos humanos y las tensiones internas bajo una imagen cuidadosamente gestionada de unidad nacional y éxito económico. Al igual que en los otros ejemplos, el deporte se convirtió en una herramienta para distraer de las represiones internas y proyectar una imagen favorable al mundo exterior.

A pesar de las diferencias entre estos regímenes, los tres casos muestran cómo el deporte, y en especial los Juegos Olímpicos, pueden ser utilizados como un recurso de soft power para legitimar gobiernos autoritarios. El deporte, que en teoría debería ser una esfera apolítica, se ha mostrado como un potente vehículo para transmitir poderosas narrativas políticas, tanto hacia el interior como hacia la comunidad internacional.

Las fuentes mencionadas permiten analizar la relación entre el poder blando, el deporte y la migración desde diversas perspectivas académicas. A través de estos estudios, es posible comprender cómo los Juegos Olímpicos se convierten en un escenario no solo para la competencia deportiva, sino también para la manifestación de tensiones políticas y sociales. Los atletas, en muchos casos, no solo buscan la gloria en el ámbito deportivo, sino también la oportunidad de escapar de regímenes opresivos.

Esta convergencia entre el poder estatal y los deseos personales de libertad hace que los Juegos Olímpicos sean un espacio donde el deporte se entrelaza con cuestiones de movilidad y derechos humanos. Analizar estas fuentes es fundamental para entender cómo los regímenes autoritarios han utilizado el deporte para sus propios fines, y cómo algunos atletas han encontrado en él una vía para desafiar la represión y buscar mejores oportunidades.

Referencias        

                                                                                                             

Adelman, M. L. (1972). [Review of The Nazi Olympics, por R. D. Mandell]. Journal of Social History, 6(1), 113-115.

Aministía Internacional. (2023). Los derechos humanos en China. Amnistía Internacional. https://www.amnesty.org/es/location/asia-and-the-pacific/east-asia/china/report-china/

Asín Fernández, E. (1998). La política en las olimpiadas de Berlín 1936. https://ddd.uab.cat/record/44259

Beltran, J. (2009). La inmigración china en Cataluña. Researchgate. https://www.researchgate.net/publication/228424292_La_inmigracion_china_en_Cataluna

Large, D. C. (2012). The Nazi Olympics: Berlin 1936. En H. J. Lenskyj & S. Wagg (Eds.), The Palgrave Handbook of Olympic Studies (pp. 60-71). Palgrave Macmillan UK. https://doi.org/10.1057/9780230367463_5

Onyestyák, N. (2009). Investigación histórica sobre los órganos de seguridad del Estado de Hungría y su papel en el boicot a los juegos olímpicos de 1980 y 1984. Citius, altius, fortius: humanismo, sociedad y deporte: investigaciones y ensayos, 2(2), 101-123.

Ruiz, A. de B. (2018, febrero 23). Top 5: Guerra Fría y deporte | Archivos de la Historia. https://archivoshistoria.com/guerra-fria-deporte/

Sarnago Jiménez, Á. (2019). El deporte como herramienta de propaganda durante la Guerra Fría. https://uvadoc.uva.es/handle/10324/37381

Schnaidler, E. R. (2019, noviembre). Deporte y totalitarismos: Algunos acontecimientos deportivos y construcción de hegemonía en la Alemania nazi y en la Dictadura cívico-militar argentina. XIII Congreso Argentino y VIII Latinoamericano de Educación Física y Ciencias (Ensenada, 30 de septiembre al 4 de octubre de 2019). http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/86477

Tomlinson, A. (2014). Olympic Legacies: Recurrent Rhetoric and Harsh Realities. Contemporary Social Science, 9, 137-158. https://doi.org/10.1080/21582041.2014.912792

Wang, X., & Recoder, M. J. (with Universitat Autònoma de Barcelona). (2014). Análisis de la imagen china en la prensa española a través de las noticias antes, durante y después de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Zeiler, T. W. (2017). Cold War Games: Propaganda, the Olympics, and U.S. Foreign Policy | Journal of American History | Oxford Academic. https://academic.oup.com/jah/article-abstract/104/1/245/3862305?redirectedFrom=fulltext&login=false

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