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FORO CUBANO Vol 6, No. 58  – TEMA: ENVEJECIMIENTO, BRECHA DIGITAL Y CALIDAD DE VIDA DE LAS PERSONAS MAYORES EN CUBA

Cuba, crisis, envejecimiento y atención a la persona mayor

Vistas

Por: María Regina Cano Orúe

Julio 2023

En los noventa del siglo pasado, con el llamado Periodo Especial, comenzaron a entrar en crisis las planificaciones de asistencia y seguridad social, así como los abastecimientos de alimentos y el equilibrio de la sostenibilidad de vida, los servicios generales. Con ello, creció la percepción de desprotección e inseguridad que otrora garantizaba el Estado que persiste en la actualidad al no recuperarse la economía debidamente.

 

La crisis general se ha sostenido 13 años más, con una percepción de pobreza y precariedad creciente y la aplicación de medidas poco efectivas y/o mal concebidas. La crisis migratoria se agudizó desde los 90s también, pero actualmente y a partir de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, ha tenido un ascenso sin precedentes, incidiendo en el aumento estadístico de personas mayores habitando el país, muchas con sus seres queridos fuera del mismo. Cuba se ha ido convirtiendo actualmente en uno de los países más pobres de la región -América Latina y el Caribe-, así como entre los países de mayor población envejecida.

 

Este fenómeno, agregado a los cambios generados por las políticas sociales y económicas actuales, ha conllevado al crecimiento de la población en desventaja social, materializado en la poca disponibilidad de recursos materiales y monetarios, desde salarios devengados hasta el pago de pensiones por jubilación o subsidios, y al encarecimiento de la sostenibilidad de la vida, esencialmente por la inflación. Por todo lo anterior y a partir de la observancia participante en la capital se puede afirmar que la calidad de vida y el bienestar de las personas mayores en la ciudad se ve afectado por, al menos, los siguientes factores:

 

  • Bajos ingresos monetarios con una alta dependencia de las pensiones que, aunque aumentadas, son insuficientes frente al nivel inflacionario que se vive actualmente en la isla.

  • Bajo nivel de empleabilidad de personas mayores y cuando lo hacen son en trabajos precarios.

  • Desabastecimiento y falta de personal que en los servicios de salud de atención primaria y secundaria que atentan contra la calidad de la atención.

  • Déficit de otros servicios de apoyo a los cuidados de las personas mayores, como tintorería, fumigación por plagas, higienización del hogar.

  • Incremento de riesgos en la gestión de la vida cotidiana, buscando suplir necesidades básicas varias.

  • Falta de servicios sociales que apoyen a las personas mayores.

  • Discriminación y Edadismo: no suelen tenerse en cuenta las opiniones de las personas mayores o ser despojados de su patrimonio, además de falta de protección legal. 

  • Aumento de la soledad y su afectación sicológica, en algunos casos propiciados por ser quienes han sobrevivido a los demás o por haber emigrado su familia directa e indirecta. Las relaciones sociales y la relación con su entorno se ven afectadas por todas las crisis.

  • Déficit de espacios de cuido a mayores, muchos gerenciados por particulares en el mercado informal, pues los estatales no dan abasto y no todos tienen calidad en la atención.

  • Existen universidades del Adulto mayor, los Círculos de Abuelos para realizar ejercicios físicos, espacios de ejercitar el TaiShi, pero no todos los mayores pueden asistir.

  • Escasez de espacios para la distracción de las personas mayores propiciados por instituciones varias.

  • Altos niveles de contaminación ambiental, perjudiciales para la salud de las personas mayores (vertederos de basura en cada esquina, continuas plagas).

 

En resumen, se puede afirmar que no toda la población de personas mayores corre la misma suerte, ni comparten las mismas circunstancias, pero las condiciones generales de la sociedad y Cuba actual, no es precisamente un ámbito favorable para la calidad de vida y bienestar de este grupo poblacionales. Cierto es que existen espacios y casos que representan excepciones, pero se necesitan nuevas políticas sociales y servicios que tributen a una mejor experiencia de vida para las personas mayores.

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