FORO CUBANO Vol 4, No. 35 – TEMA: REFLEXIONES DE LA GUERRA FRÍA–
Cuba: el faro rojo de la región
Por: María José Almanza
Agosto 2021
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La propaganda durante el periodo de la Guerra Fría fue un instrumento clave en la pugna ideológica entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Aquí la autora aborda el asunto, reflexionado sobre cómo a partir de esta lucha mediática se configuró la visión política y cultural en la región hacia Cuba.
Todos sabemos que los medios de comunicación, aquello que conocemos como el “cuarto poder”, ha jugado un papel fundamental en la configuración de la visión del mundo y ha sido utilizada como herramienta para fortalecer el modelo ideológico que se busca imponer. Esto en la Guerra Fría claramente no fue la excepción. Es de conocimiento que este conflicto, más allá de un enfrentamiento directo entre la URSS y EE. UU., fue una guerra ideológica que buscaba implantar un sistema en el orden internacional y geopolítico vigente, en donde el frente principal fue la propaganda y la opinión pública. Sin embargo, para los fines de este escrito el foco estará en América Latina y el faro rojo de la región: Cuba.
En ese sentido, es importante entender que, a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, se empezó un juego geopolítico que buscaba reconfigurar aquellos espacios vacíos de poder, donde solo se reducían a simples fichas de ajedrez; dentro de este juego, lo que buscaba Estados Unidos era mantener la misma zona de influencia, hablando de América Latina, para evitar que la Unión Soviética rompiera este equilibrio en la región y asimismo contener a esta nueva potencia (Salgado, 2013). La pregunta aquí es cómo se buscaban posicionar estos dos actores y contener al otro dentro de las zonas estratégicas más allá de entrar en una confrontación militar y, se podría decir, que una de las herramientas más importantes fue la propaganda y la influencia por medio del soft power. Es claro, además, que este conflicto resulta homologable para el contexto interno de los países latinoamericanos y para la interacción entre Estados de la región, que resultan evidentes a lo largo del desarrollo de esta guerra fría.
Entonces, queda claro que estos dos poderes en el sistema internacional bipolar ejercen una influencia, pero también una presión en diferentes ámbitos dentro de esta región, creando una guerra fría cultural en América Latina y, en el caso de Estados Unidos, una guerra contra el “gran enemigo rojo” (Celentano, 2020; López, 2014); ahora, considero importante entrar a analizar cuál fue el papel de Cuba en todo esto.
Se entiende que Cuba entra en el panorama cuando triunfa la Revolución Cubana (1959) y la crisis de los misiles (1962), pero sobre todo con esto rompe el equilibrio en la región que había tratado de mantener Estados Unidos. Paralelamente, se estaba desatando la guerra por medio de la prensa en donde estos dos actores en el discurso establecían quién era el enemigo y contra qué mal tocaba luchar; por un lado, Estados Unidos promovía la libertad y democracia y, por otro lado, la Unión Soviética hablaba sobre igualdad social y la revolución. Claramente, el triunfo de la Revolución Cubana era una decisión de pertenecer a esa visión del mundo que daba la URSS y convertirse en su satélite en la región, incluso el presidente Eisenhower dijo que “los comunistas habían penetrado en el hemisferio”.
Así que, por el momento, se puede decir que la crisis de los misiles lo que hizo fue aumentar la pugna contra el comunismo por parte de Estados Unidos en la región, en un esfuerzo de contener la influencia de la Unión Soviética una vez puesta la semilla. Desde ese momento, Cuba se volvió la amenaza comunista de la región, convirtiéndose, además, en un punto de referencia para los cuadros de guerrilla y grupos subversivos que se iban formando (López, 2014). Esto no solo se vio en la prensa de Estados Unidos, sino también en la de países latinoamericanos como El Salvador, por ejemplo, decían que Cuba “era el origen de la subversión que agita a las patrias americanas (…) es allí donde está el faro rojo. De allí irradian todas las agitaciones. Allí está el peligro” o de Nicaragua, en donde decían que esto “encendía los focos rojos porque todo era de un plan comunista”.
Claramente, la intervención en asuntos internos a los países de la región por parte de Estados Unidos, como en Guatemala, estaba más que justificada con esta nueva amenaza latente que en cualquier momento podía explotar. Pero más allá de ello, el uso de esta propaganda hacia el enemigo rojo que significaba Cuba buscaba generar intolerancia y líneas divisorias ante todo aquello que no se pareciera al modelo ideológico y social que quería imponer Estados Unidos.
En este sentido, toda la prensa y el uso de herramientas mediáticas para establecer un enemigo claro dentro de la región, creó imaginarios colectivos que resultan determinantes para la interacción entre sujetos, en este caso Estados y, sobre todo, trasciende históricamente hasta la actualidad en América Latina. Es claro que este constructo social de enemigo y desestabilizador de la región que se tiene de Cuba, ha configurado dinámicas divisorias, en donde se crean líneas claras sobre los enemigos y los promotores de lo que busca Estados Unidos en la región y, al final del día, hacia qué lado se inclina la balanza en el sistema internacional.
Referencias
Celentano, A. (2020). La Guerra Fría en América latina y el diálogo académico Norte/Sur. Políticas de La Memoria, 20, 7–9.
https://ojs.politicasdelamemoria.cedinci.org/index.php/PM/article/view/639/767
López, G. (2014). Guerra Fria, propaganda y prensa: Cuba y México ante el fantasma del comunismo internacional, 1960-1962. Revista Mexicana de Política Exterior, 100, 125–145. https://biblat.unam.mx/es/revista/revista-mexicana-de-politica-exterior/articulo/guerra-fria-propaganda-y-prensa-cuba-y-mexico-ante-el-fantasma-del-comunismo-internacional-1960-1962
Salgado, J. S. (2013). La guerra fría llega a América Latina: La IX Conferencia Panamericana y el 9 de Abril. https://revistas.unal.edu.co/index.php/anpol/article/view/43317/44617