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FORO CUBANO Vol 6, No. 66 – TEMA:  PROTESTAS EN CONTEXTOS AUTORITARIOS

Despertar Chileno: Crónica de una Transformación Social

Por:  Scarlet Gutierrez Zuleta 
Abril y mayo 2024

Introducción  

En octubre de 2019, Chile fue testigo de un fenómeno sin precedentes en su historia reciente: una oleada de protestas masivas que sacudió al país sudamericano. Estas protestas, originadas por el aumento del precio del metro en Santiago, pronto se convirtieron en un clamor generalizado contra la desigualdad social y económica, así como contra el modelo neoliberal que ha dominado la política chilena desde la dictadura de Augusto Pinochet, el estallido social dejó al descubierto problemas de fondo en la sociedad chilena, como la baja calidad del sistema de pensiones, la deficiente educación pública y la ineficacia de la atención sanitaria. Además, se puso en evidencia la desconfianza en las instituciones políticas y la corrupción. Las manifestaciones, que en muchos casos derivaron en enfrentamientos violentos y vandalismo, también pusieron en el centro del debate el papel de las fuerzas de seguridad y la respuesta del Estado. Este ensayo explorará  y analizará el desarrollo, las causas y las implicaciones de las protestas en Chile. 

Desarrollo de las Protestas 

Las protestas en Chile comenzaron el 18 de octubre de 2019, inicialmente como una serie de manifestaciones y evasiones masivas del pago del metro de Santiago, organizadas por estudiantes en respuesta al incremento de 30 pesos en la tarifa del transporte público. Sin embargo, estas protestas rápidamente se extendieron y escalaron, abarcando una amplia gama de demandas sociales y económicas, durante las primeras semanas, las manifestaciones se intensificaron con marchas masivas, cacerolazos, y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Las principales ciudades del país, incluyendo Santiago, Valparaíso y Concepción, fueron escenarios de manifestaciones multitudinarias. En un intento por controlar la situación, el presidente Sebastián Piñera declaró el estado de emergencia y toque de queda, desplegando al ejército en las calles por primera vez desde el retorno a la democracia en 1990. 

Como análisis podemos percibir que las protestas en Chile deben ser entendidas como un síntoma de una crisis profunda y multifacética que ha afectado al país durante décadas. Si bien el detonante fue el aumento de la tarifa del metro, las raíces del descontento popular son mucho más profundas, reflejando un sistema económico y político que, aunque ha generado crecimiento y estabilidad macroeconómica, ha dejado a una gran parte de la población sintiéndose marginada y excluida. 

La respuesta del gobierno fue percibida como insuficiente y represiva, exacerbando el descontento popular. A pesar de las medidas iniciales para calmar las tensiones, como la suspensión del alza de la tarifa del metro y la promesa de un "nuevo pacto social", la ciudadanía continuó exigiendo cambios más profundos y estructurales. Las demandas se centraron en la necesidad de reformar el sistema de pensiones, mejorar los servicios de salud y educación, y aumentar los salarios y condiciones laborales, la violencia y la represión durante las protestas también revelaron debilidades en las instituciones democráticas del país. Las denuncias de violaciones a los derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, y abusos por parte de las fuerzas de seguridad, socavaron la confianza en el gobierno y en las instituciones encargadas de proteger a los ciudadanos.

 

Causas de las Protestas 

Las protestas en Chile surgieron como resultado de una serie de factores interrelacionados que han generado un profundo malestar social. Uno de los principales desencadenantes es la desigualdad económica arraigada en el país. A pesar de tener un PIB per cápita relativamente alto, Chile exhibe una marcada disparidad en la distribución de la riqueza, lo que ha generado un sentimiento generalizado de injusticia entre la población. Las brechas en ingresos, acceso a la salud, educación y pensiones son especialmente alarmantes y han sido motivo de protesta. 

En primer lugar, el sistema de pensiones, administrado por las AFP, ha sido objeto de críticas generalizadas debido a las bajas pensiones que ofrece, incapaces de mantener un nivel de vida digno para los jubilados. Este sistema, heredado de la era de la dictadura, es considerado un símbolo de las políticas neoliberales que favorecen a las élites económicas en detrimento del bienestar de la mayoría de la población. 

En segundo lugar, la educación y la salud también han sido puntos de discordia. La privatización de la educación superior ha dejado a muchos estudiantes y familias en una situación de endeudamiento, limitando el acceso a la educación de calidad. Por otro lado, el acceso a servicios de salud adecuados sigue siendo un desafío para la mayoría de los chilenos, lo que agrava la sensación de injusticia social. Además en última instancia, el aumento del precio del transporte público, especialmente del metro, sirvió como catalizador para el descontento acumulado. Este aumento fue percibido como una muestra más de cómo los costos de vida están aumentando de manera desproporcionada en comparación con los salarios, lo que dificulta aún más la vida de la población de ingresos bajos y medios. A su vez se evidencia que las protestas de Chile son el resultado de una combinación de desigualdad económica, un sistema de pensiones insatisfactorio, deficiencias en los sistemas de educación y salud, y un aumento de los costos de vida que superan el crecimiento de los salarios. Estos problemas han generado un profundo malestar social y una demanda urgente de cambios estructurales que aborden las necesidades y preocupaciones de la población. 

Implicaciones de las Protestas 

Las protestas en Chile han tenido importantes implicaciones tanto a nivel nacional como internacional, Además de los cambios políticos y sociales directos que han surgido como respuesta a las protestas en Chile, como aumentos en el salario mínimo y la convocatoria de un plebiscito para una nueva Constitución, estas manifestaciones han tenido una serie de implicaciones profundas y duraderas tanto a nivel nacional como internacional. 

 

A nivel nacional, las protestas han generado un profundo cuestionamiento sobre la legitimidad y eficacia del modelo político y económico que ha dominado en Chile desde el retorno a la democracia en 1990. El llamado "modelo chileno" de desarrollo, caracterizado por la apertura económica, la privatización de servicios básicos y la reducción del rol del Estado en la economía, ha sido objeto de críticas cada vez más vehementes por su incapacidad para abordar las profundas desigualdades que persisten en la sociedad chilena. Las protestas han llevado a un debate nacional sobre la necesidad de reformas estructurales profundas que aborden las raíces de la desigualdad y garanticen un acceso equitativo a servicios básicos como la educación, la salud y las pensiones, Además, las protestas en Chile han tenido un impacto significativo en la dinámica política del país, socavando la legitimidad del gobierno del presidente Sebastián Piñera y generando un impulso para un cambio político más amplio. La convocatoria de un plebiscito para una nueva Constitución, programado para octubre de 2020, representa un hito importante en este proceso y podría abrir la puerta a una transformación profunda del sistema político y económico chileno, en contraste a nivel internacional, las protestas en Chile han resonado en todo el mundo, inspirando movimientos similares en otros países de América Latina y más allá. Estas manifestaciones han puesto de relieve la creciente insatisfacción global con el status quo político y económico y han impulsado un debate sobre la viabilidad del modelo neoliberal en el siglo XXI. En un momento en que el mundo enfrenta una serie de desafíos urgentes, desde la creciente desigualdad económica hasta la crisis climática, las protestas en Chile son un recordatorio poderoso del poder del pueblo para exigir un cambio significativo y transformador. 

 

En conclusión, las protestas en Chile representan un punto de inflexión en la historia del país, marcando un despertar colectivo contra la injusticia social y económica que ha persistido durante décadas. Estas manifestaciones, que surgieron como respuesta a un aumento en el precio del metro, rápidamente se convirtieron en un símbolo de la profunda desigualdad que afecta a la sociedad chilena. Desde la privatización de sectores clave de la economía durante la dictadura de Pinochet, hasta la perpetuación de un sistema de pensiones insuficiente y un acceso desigual a servicios básicos como la salud y la educación, las protestas reflejan una larga lista de agravios acumulados, a su vez por otra parte se evidencia que la respuesta del gobierno chileno a estas protestas ha sido variada, con medidas que van desde aumentos en el salario mínimo hasta la convocatoria de un plebiscito para una nueva Constitución. Sin embargo, estas respuestas han sido vistas por muchos como insuficientes para abordar las demandas fundamentales de los manifestantes. La profundidad de la crisis social en Chile requiere reformas estructurales significativas que vayan más allá de simples cambios superficiales, son un recordatorio poderoso del poder del pueblo para exigir un cambio significativo y transformador. Sin embargo, el camino hacia una sociedad más justa y equitativa no será fácil ni rápido. Requiere un compromiso continuo por parte de todos los sectores de la sociedad, así como una voluntad política real para abordar las raíces profundas de la desigualdad y la injusticia. Solo a través del diálogo, la colaboración y un sentido compartido de solidaridad se podrá construir un Chile donde todos sus ciudadanos puedan vivir con dignidad y prosperidad. 

Referencia  

Jelin, E. (2020). La protesta social en Chile: Entre la ira y la esperanza. Nueva Sociedad, 253, 4-13. 

Valenzuela, J. (2020). Chile: Un nuevo ciclo de movilización social. Latin American Research Review, 55(1), 145-165 

Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2020). Informe sobre las protestas en Chile. Organización de los Estados Americanos. 

 

Centro de Estudios Públicos. (2020). Protestas en Chile: Cronología y análisis. https://www.cepchile.cl/ 

 

Valdés, G., & Valenzuela, J. (Eds.). (2020). Chile: Desafíos y dilemas de la democracia en tiempos de cambio. Ediciones Universidad Católica de Chile. 

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