FORO CUBANO Vol 5, No. 49 – TEMA: 11J: "RELACIONES DE PODER Y CONSOLIDACIÓN AUTOCRÁTICA EN CUBA" -
El agua dulcifica un dolor
Vistas
Por: Teresa Díaz Canals [1]
Octubre 2022
¿Qué haces para calmar un mar furioso?
Contengo mi cólera
Edgar Quinet Merlin
Ser filósofo es llevar, vigente siempre, un imperativo de claridad , escribió la pensadora española María Zambrano. Me pregunto ante tanto descalabro social, qué pasa con nuestra gente de ciencias sociales. Habrá que otorgarle la razón a Ludwig Marcuse cuándo en su texto acerca del pesimismo apuntó que a los caballos se les ponen anteojos para que no se distraigan: a los seres humanos se les ponen teorías. ¿Cómo es posible considerarse un especialista de humanidades y no darse cuenta o no querer darse cuenta que en Cuba hay represión, intimidación, hambre, destierro? ¿Cómo es posible que se incomoden porque no hay café en algún lugar, no hay parqueo para estacionar el carro, no hay gasolina y no se inmuten por lo que sucede a su alrededor? ¿Cómo es posible firmar una carta infame a favor de la injusticia? El error más grave no es equivocarse acerca de estas cosas que nos rodean, sino equivocarse acerca de sí mismo. Hay quien, para seguir viviendo, se suicida como persona, ofreciendo incluso más de lo que se les pide. Los que inventan nuevos sacrificios, bajan al escalón más bajo de la especie. La verdadera patria no se hace sola, sino en el interior de cada individuo.
Sabemos que la vida necesita de una verdad que solo brinda la experiencia, las ideas de este socialismo senil son inviables. Es imposible vivir sesenta años más de esta manera, para demostrar ¿qué? Existe un ritmo, una forma de moverse de la finalidad, en esa dinámica no deben existir pausas innecesarias. A un régimen político se le puede juzgar por el ritmo que imprime a su pueblo.
Los romanos fueron los primeros en usar el concepto de persona de manera metafórica; en derecho romano, la persona era alguien que poseía unos derechos civiles, en contraposición a homo, que designaba a quien simplemente pertenecía a la especie humana. Homo, al igual que la palabra griega anthropos, se usaba a menudo con cierto desdén, para calificar a aquellos que no estaban bajo el auspicio de ninguna ley. Persona simbolizaba originalmente la máscara que cubría el rostro “personal” del actor y que indicaba al espectador el papel y la función que desempeñaba dentro de la obra. En esa máscara, determinada por la pieza que se representaba, existía un agujero a la altura de la boca a través del cual el sonido individual y desnudo de la voz del actor podía sonar. De esta resonancia es de donde proviene originalmente la palabra persona; per-sonare, “sonar a través”, es el verbo del cual la persona, la máscara, es el sustantivo. Y es la filósofa María Zambrano quien advierte que el orden democrático se logrará tan solo con la participación de todos en cuanto persona, sin que la igualdad sea sinónimo de uniformidad y destaca como la ética es el modo propio de vida de la persona humana.
Recién comunicaron en las redes sobre una señora muy avanzada en edad a la que no podían operar de una fractura de cadera porque no contaban con el material necesario para hacerlo. Un familiar pidió ayuda, pues hacían muchos días que la adulta mayor se quejaba de un intenso dolor. Mientras el discurso oficial es cada vez más alejado de la realidad que vivimos, de promesas para otro futuro que nunca llegará y tenemos que soportar la ovación de toda una izquierda que no quiere enterarse que Cuba muere, un señor se cubrió con bandera cubana y se fue para un parque, en su cuerpo llevaba los indicios de estar ingresado en un servicio hospitalario, protestaba porque no podían operarlo tampoco. ¿Cuántos cubanos se encuentran mal atendidos, cuántos se murieron por diversas causas injustificadas, cuántos niños no fueron recogidos a tiempo por falta de ambulancias y fallecieron por este motivo? ¿Cuánto más se necesita esperar para pedir una intervención sanitaria en el país? El asunto de unos es el asunto de todos.
El viernes pasado salí ya oscuro de un curso que imparto en la Habana Vieja. Estuve un amplio rato sin ver pasar un ómnibus que me devolviera a mi casa. Sin embargo, delante de mí desfilaron cuatro camiones repletos de policías. Qué triste constatar nuestra realidad, enarbolan el argumento que el enemigo es externo, en la práctica cotidiana el enemigo - para los grandes privilegiados - es este pueblo que sufre, que sale con cazuelas para hacer una ínfima revolución callejera, son los jóvenes que no creen, es la parte de la intelectualidad que mantiene una postura digna, que promueve la paz, el encuentro, la transformación estructural de la sociedad, la democracia al estilo martiano: con todos y para el bien de todos.
Cuba se arrastra invertebrada en lo político y también en lo social, sus habitantes huyen despavoridos, venden todo lo que tienen en busca de un mundo mejor, un porciento de esa masa que ejercita el voto por los pies, muere en su trayectoria. Hoy es noticia una niña de dos años que murió ahogada, víctima de la maniobra que hizo una lancha guardafrontera contra otra que se encontraba repleta de personas, las cuales aspiraban a alcanzar las costas de La Florida. Impiden la fuga por mar, pero proporcionan a precios descomunales la entrada por Nicaragua, otra manera oficial e inmoral de trata humana, de esta manera la olla pierde presión. Muchos nos preguntamos qué va a ser de este país de ancianos, parece que al poder no le preocupa la consecuencia desgarradora del despoblamiento de la nación.
La calma conquistada sobre una misma
Hoy asistí a un almuerzo al que fui invitada, allí me encontré a un viejo conocido. Siempre nos saludábamos con afecto en los años que laboré en la institución de la que ahora soy jubilada desterrada. Es bastante mayor que yo, pero sigue en el trabajo y le va muy bien, aspira a una condecoración superior, en el intercambio que tuvimos expresó su amor a Fidel, a Putin, su rechazo a expresiones políticas de sus hijos que viven en el exterior. Por otra parte, otro de los invitados, desconocido para mí, se me acercó para insinuarme que fue seguroso, es decir, miembro del Ministerio del Interior, que rechaza tajantemente una intromisión del imperialismo norteamericano en el país, que Cuba había tenido en su historia a tres grandes líderes: José Martí, Julio Antonio Mella y Fidel Castro. No sé si tendrá alguna relación con esta retahíla de posturas diferentes a las mías, pero al regresar, me dio un dolor muy fuerte debajo del seno izquierdo y un ardor insoportable. Solo hay receptividad del otro a partir de una oscura certeza de sí, de un lugar donde recibir Distancia del tiempo, del espacio, que permite a cada uno/a desplazarse. Dejar ir, ir. Qué bueno que me fui de allí. La ética es cortesía en toda polis. Cada día prefiero abundar más en el camino del conocimiento y menos en las conversaciones, en esas raras marañas verbales. Debo reposar, tomar agua.