FORO CUBANO Vol 3, No. 21 – TEMA: INDICADORES –
El Cuba Standard Business Confidence Index y el reflejo del impacto del Covid-19
Por: Pavel Vidal*
Junio 2020
Vistas
*Profesor Universidad Javeriana Cali
Desde el primer trimestre de 2015 lanzamos la primera Cuba Standard Business Confidence Survey, la cual representa la primera encuesta de este tipo, aplicada en Cuba. El objetivo ha sido contar con una medición propia sobre las percepciones y expectativas que tienen los empresarios y analistas sobre la evolución de la actividad económica en Cuba. La encuesta consta de 8 preguntas donde los encuestados seleccionan su respuesta entre un grupo de opciones. Para el diseño de la encuesta nos apoyamos en los estándares internacionales presentados en el documento de la OECD del año 2003, titulado “Business Tendency Surveys: A Handbook”.
La encuesta se aplica trimestralmente por correo electrónico a una muestra aleatoria de alrededor de 100 hombres de negocios y analistas relacionados con la economía cubana. Los resultados miden de manera cualitativa el clima de los negocios en Cuba y permiten la construcción de un índice de confianza u optimismo económico.
La idea es que el reporte trimestral sobre la economía cubana que elabora Cuba Standard cuente con dos tipos de índices como sustento de los análisis y las proyecciones: 1) el Cuba Standard Economic Trend Index (CSETI) apoyado en información cuantitativa aproxima la evolución mensual del PIB a partir de los datos de variables vinculadas a la balanza de pagos (se viene empleando desde el tercer trimestre de 2014) y 2) el Cuba Standard Business Confidence Index (CSCI) aproxima el clima de los negocios a partir de la información cualitativa recopilada en la encuesta (ver www.cubastandard.com).
El CSCI se calcula de manera tal que cae en un rango entre 0 y 100 por ciento. El valor de 100 se obtiene si todas las respuestas fueran positivas y cero si ocurre lo contrario. Cuando la proporción de respuestas favorables es igual a las desfavorables, se tiene un índice igual a 50, lo que implica una posición neutral.
El CSCI alcanzó sus máximos en 2015 y se mantuvo por encima de 50 en 2016, lo que se vinculó con el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Cuba y EE. UU., redujo el riesgo país y aumentó enormemente las expectativas sobre el rendimiento y las oportunidades futuras de las inversiones en el mercado cubano. Sin embargo, desde 2017 el CSCI se ubicó por debajo de 50, lo que significa que el porcentaje de respuestas negativas comenzó a ser mucho mayor que el de respuestas positivas, manifestando el complicado clima económico y financiero en el que vienen operando los negocios en Cuba desde entonces. En los últimos años, el impacto de la crisis venezolana, el recrudecimiento de las sanciones de EE. UU. y la parálisis de las reformas estructurales en la economía doméstica se han ido reflejando en un desplome gradual del índice de confianza.
En el tercer trimestre de 2019, el CSCI había llegado a un mínimo histórico, coincidiendo con la crisis energética que sufrió el país a raíz de las presiones estadounidenses sobre las navieras que transportan el petróleo venezolano a Cuba. A partir del manejo y solución (al menos temporal) de esta crisis, el CSCI subió en el cuarto trimestre de 2019, pero ahora, en el primer trimestre de 2020, nuevamente se presenta otra caída, que es la mayor que se produce en un trimestre desde que contabilizamos este índice.
Esta última caída del índice de confianza evidentemente contiene la situación causada por el Covid-19. Sin embargo, no podemos perder de vista que el clima para los negocios, debido a los problemas económicos y financieros, venía deteriorándose desde mucho antes. Hasta el tercer trimestre de 2019 se había registrado una racha de seis trimestres seguidos de caídas en el CSCI.
En las respuestas de la Business Confidence Survey del primer trimestre de 2020, a partir de las cuales se computa el CSCI, un 87.8 % de los encuestados cree que la economía se va a seguir deteriorando en los próximos doce meses. Un 67.5 % de los encuestados indica que el volumen de su actividad económica con/en Cuba decreció en el primer trimestre de 2020, porcentaje mayor a la medición que hacíamos el trimestre pasado, de 54.2 %. Lo mismo sucede en la pregunta sobre la situación financiera. Un 84.6 % de los encuestados marcó que la situación financiera de sus negocios en/con Cuba es mala, lo cual representa un considerable empeoramiento sobre unos registros que ya eran malos, y puede dar una idea de la dimensión financiera de esta crisis y de lo difícil que le será a las empresas pasar esta coyuntura.
Un 52.6 % de los negocios señala que mantienen sus intenciones de invertir en la economía cubana (similar al 55.7 % del trimestre anterior), pero un 39% refleja una caída de sus intenciones inversionistas (mayor que el 29.5 % del trimestre anterior), lo cual es un resultado esperado dada la incertidumbre que está alrededor de la evolución del coronavirus.