FORO CUBANO Vol 6, No. 67 – TEMA: DIVERSIDAD SEXUAL EN DEMOCRACIAS Y DICTADURAS EN AMÉRICA LATINA
Entrevista Maria Emilia Gouffray, directora de la fundación Nerds de la Historia
Por: Demian Danielle García Manrique
Junio y julio de 2024
Hablar sobre nuestro pasado es fundamental para comprender las dinámicas de nuestras vidas hoy en día, conocer el porqué de ciertas cosas en nuestras civilizaciones y tener una idea de qué pasará en el futuro. La historia que conocemos siempre ha sido la de “los ganadores” como se nos ha repetido en varias ocasiones, no obstante es necesario reconocer que también ha sido la de los opresores que se han encargado de borrar ciertas partes de la historia, en nuestro caso, se ha dejado perder la historia de la diversidad, de lo homosexual, lo trans, lo marika y lo disidente.
Así como desde la cis-hetero normatividad se ha usado la historia para avanzar y se elogia a los grandes héroes y padres del conocimiento, los sectores LGBTIQ+ merecemos conocer a nuestros antepasados y a los sucesos históricos que nos llevaron al lugar en el que nos encontramos hoy en día; dejando de lado mitos que han terminado perjudicándonos e incluso han usado en nuestra contra.
Desde que nacemos, nos dicen que somos una moda o desviaciones de la naturaleza, que se deben de erradicar, eliminar y curar. La reivindicación de nuestros derechos y existencia va ligada a esa historia perdida entre los libros, aquella que no se cuenta en las aulas de clase, pero que en medio de todos aquellos que nos quieren convencer de que no existe, está en lo griego, lo indio y lo indígena.
Por tal motivo deseo traer a la academia los esfuerzos de aquellas personas que creen en la importancia de la conocer los relatos de nuestros antepasados y lo que nos construye como sociedad. Entre ellas, están quienes componen Nerds de la Historia, una fundación de historia pública que nace en 2023 a manos de su directora María Emilia Gouffray y que busca la democratización de la misma a través de cursos, charlas, libros y arte. Ellos creen firmemente en que la historia es fundamental para el desarrollo del pensamiento crítico y para poner en perspectiva los acontecimientos actuales.
Por su parte, María Emilia es politóloga e historiadora de la Universidad de los Andes. Actualmente, cursa una maestría en Políticas Públicas en la Universidad de Oxford, como becaria Chevening. Se destaca principalmente por su activismo y carrera en el feminismo, especialmente velando por los derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado, excombatientes, lideresas y defensoras de derechos humanos. Esta labor la ha privilegiado como parte de la Procuraduría delegada para el Seguimiento del Acuerdo de Paz y su trabajo en MinComercio y la Secretaría Distrital de la Mujer, en la implementación de políticas que promueven la garantía de los derechos de las mujeres y la reducción de las brechas de género en Colombia. En esta entrevista Gouffray nos cuenta acerca del movimiento LGBTIQ+ en Latinoamérica, esto alrededor del curso que está adelantando en Nerds de la Historia, junto a organizaciones como Colombia Diversa: “Breve historia de la sexualidad y luchas LGBT+”.
¿Cómo surgió la fundación Nerds de la Historia y cuál fue la inspiración detrás de su creación?
Empezó porque yo me encontraba en quiebra, y aún no me había graduado en Historia ni en Ciencia Política y, para subsistir, hacía de todo: mesereaba, daba clases de idiomas y realizaba cualquier actividad que me permitiera cubrir el arriendo y el mercado. Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de empezar a dictar cursos de historia como una iniciativa para generar ingresos; pedía prestado el salón comunal a una tía y allí organizaba los cursos, también llamaba a amigos, familiares, y conocidos para que asistieran. Inicié con un curso sobre la historia de Estados Unidos, que resultó ser muy poderoso; era un curso largo, de 10 sesiones, logré convencer a unas 12 personas de asistir.
Sin redes sociales en ese momento, al finalizar el curso decidí abrir mis primeras cuentas y descubrí el poder de la Historia para ampliar y complejizar las perspectivas de las personas. Eso fue lo que me pasó a mí al estudiar historia, pues más allá de convertirlo a uno en una enciclopedia andante, te hace dudar y ver los matices en las cuestiones humanas. Durante la pandemia, comencé a dictar cursos virtuales, lo que permitió un crecimiento continuo. Eventualmente, lanzamos cursos pregrabados y, en 2023, nos constituimos como fundación.
¿Qué te motivó a investigar y destacar la historia de las personas LGBTIQ+ en Latinoamérica, y por qué consideras crucial hacer un recuento histórico de su existencia y luchas?
Me pareció fundamental abordar la historia LGBT en Latinoamérica porque aún prevalece una narrativa muy eurocéntrica centrada en eventos como Stonewall y figuras estadounidenses prominentes. Sin embargo, necesitamos conocer nuestra propia historia y nuestras reivindicaciones específicas. Es crucial entender cómo surgieron aquí los movimientos LGBT y cuáles fueron esos procesos históricos. A pesar de los enormes esfuerzos de las organizaciones y movimientos por hacer memoria y contar su historia, entre las personas del común hay un conocimiento muy limitado sobre cómo se desarrollaron estos movimientos.
Es demasiado importante saber que es una historia distinta a la de Estados Unidos, donde comúnmente se cree que los movimientos LGBT empezaron allí y se dispersaron por el mundo. En realidad, aquí en América Latina, la mayoría de los movimientos LGBT surgieron dentro de los movimientos de izquierda y sindicalistas, casi en oposición a sus propios movimientos y enfrentando exclusión y violencias internas. Por lo tanto, considero que es una historia crucial de recuperar y narrar, para mostrar esas experiencias diferenciadas de lo que fue la experiencia en Estados Unidos.
Creo que este enfoque también sirve para concientizar a las personas, dado que aún hay mucha homofobia en América Latina y muchas violencias ejercidas contra las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas. Me pareció muy importante concientizar sobre las victimizaciones históricas que hemos enfrentado y las luchas que hemos tenido que llevar a cabo por el derecho a existir, el derecho a existir con nuestra identidad propia.
¿Podrías explicar cómo fue el surgimiento del movimiento LGBTIQ+ en Latinoamérica, especialmente dentro de los sindicatos? ¿Qué influencia tuvieron los movimientos de izquierda de la Unión Soviética y Cuba en las motivaciones y dinámicas de este surgimiento?
En la segunda mitad del siglo XX, comenzaron a surgir los primeros movimientos por los derechos de las personas LGBTIQ+ en Latinoamérica. Esto es especialmente significativo ya que, a diferencia de Estados Unidos y Europa, muchos de estos movimientos nacieron en el marco de los movimientos de izquierda, sindicalistas y comunistas de la región. Estos movimientos estaban más cercanos a regímenes comunistas como los de Cuba, la Unión Soviética y el Maoísmo, o al menos veían en estos regímenes un referente. A diferencia del movimiento contracultural en Estados Unidos y Europa, que aunque de izquierda era más liberal, los movimientos comunistas en Latinoamérica no se enfocaban en la liberación sexual, el feminismo ni los derechos humanos, y tenían un tinte bastante machista y excluyente.
El comunismo tenía una postura muy fuerte en contra de la homosexualidad, desde la Tercera Internacional Comunista, se consideraba que la homosexualidad era la máxima expresión de decadencia burguesa contra la naturaleza. En 1933, la Unión Soviética prohibió la homosexualidad y llevó a cabo una persecución masiva de personas LGBT, enviándolas a los Gulags, que eran campos de concentración. Lo mismo sucedió en Cuba después de la revolución cubana; las personas LGBT, incluyendo a las trans, fueron enviadas a campos de concentración para ser "reeducadas".
Fidel Castro tenía una postura muy fuerte al respecto, pues él consideraba que la homosexualidad era una desviación que chocaba con el concepto de lo que debe ser un militante comunista. Dentro del movimiento de izquierda en América Latina, estos aspectos de la sexualidad no formaban parte del proyecto. Por esta razón, muchos movimientos LGBT surgieron en el seno de estos movimientos sindicalistas y comunistas, pero casi siempre en oposición a la fuerte homofobia presente en ellos.
Uno de los primeros grupos pioneros fue el de Héctor Anabitarte en Argentina. Anabitarte, que fue uno de los principales pensadores de los movimientos LGBT en América Latina , fue un líder sindical comunista importante en los años 60, fue expulsado del partido por ser gay y enviado al psiquiatra. A partir de esta experiencia, fundó el grupo Nuestro Mundo, que más adelante se convirtió en el Frente de Liberación Homosexual en 1971. Otros movimientos como SAFO, el primer movimiento de lesbianas en Argentina, también surgieron con técnicas de lucha aprendidas en el interior de movimientos sindicalistas comunistas, pero criticando fuertemente la homofobia.
En Chile pasa lo mismo, figuras como Pedro Lemebel, que tenía vínculos con movimientos sindicalistas, también fueron víctimas de discriminación dentro de esos movimientos. Los primeros movimientos LGBT en Chile, como el Movimiento de Integración, fueron críticos de la izquierda desde el principio, vinculándose incluso con movimientos cristianos, como la teología de la liberación, que aunque tenía nexos con la izquierda latinoamericana, también mantenía una postura crítica; ahí es sumamente importante la figura del padre Cornelio Lemes.
En México, figuras como Nancy Cárdenas, una de las personas más importantes de los movimientos LGBT, pionera en América Latina, pertenecía al partido comunista y enfrentó discriminación. Lo mismo sucedió en Colombia con Manuel Velandia y León Zuleta, pioneros en la lucha por los derechos LGBT, quienes también tenían nexos con movimientos sindicalistas y de izquierda, pero terminaron vinculándose más con movimientos feministas y criticando abiertamente la homofobia de la izquierda.
Hoy en día existe una idealización de la situación de las personas LGBTIQ+ en Cuba, muchas veces desconociendo las problemáticas que enfrentan y la historia de las mismas durante la Revolución Cubana. ¿Cuáles consideras que son esos hitos importantes que se deben reconocer de la historia de las personas LGBTIQ+ en Cuba y por qué crees que es importante para el activismo LGBTIQ+ en otros países conocer aquella historia?
En Cuba, a diferencia de otros países latinoamericanos, no se desarrollaron movimientos LGBT tan fuertes debido a que en los sesenta estaba la Revolución Cubana. Esto resultó en la persecución de personas LGBT, quienes fueron enviadas a campos de concentración (las UMAP). Hay un documental que recomiendo bastante sobre este tema, que es "Conducta impropia" de Néstor Almendros, disponible en YouTube. Este documental, producido en 1984, narra cómo las personas LGBT fueron llevadas a campos de concentración y sometidas a terapias de tortura para ser "reeducadas". Es una historia muy dura, pero importante de conocer.
La experiencia cubana demuestra cómo los regímenes autoritarios, no solo en Cuba sino también en otros países latinoamericanos como Argentina bajo Videla y Chile bajo Pinochet, han afectado severamente a las personas trans, no binarias o con orientaciones sexuales diversas, en general las minorías la pasan muy mal. Las dictaduras tienden a imponer una uniformidad y control sobre la vida privada y la sexualidad, es por eso que tenemos que entender que la sexualidad es un asunto político. Cuando un régimen dicta cómo deben actuar las personas en su vida sexual, tiende hacia el totalitarismo en lugar de la apertura democrática.
Un nombre destacado en la historia LGBT cubana es Ana María Simo, una escritora importante de los años sesenta. Simo reunía a mujeres, personas negras y personas LGBT; después de la revolución fundó el movimiento El Puente, que fue clausurado por el régimen. Simo fue perseguida y sometida a terapias de conversión antes de lograr escapar y exiliarse en París en 1967, y posteriormente en Nueva York, donde se consolidó como escritora y activista a favor de los derechos LGBT.
Es importante revisar tanto el documental "Conducta impropia" como la historia de Ana María Simo para entender lo que sucedió en Cuba y mantenerse vigilantes. Yo pienso que existe una tendencia a pensar que las dictaduras de izquierda no son tan terribles como las de derecha, pero una dictadura es una dictadura. Y lo que vemos desde un análisis histórico es que en regímenes represivos y autoritarios, las personas LGBT han sido sistemáticamente perseguidas, enviadas a campos de concentración o exterminadas. Esta es la lección que nos deja esta historia.
Por lo general en contextos de crisis y conflicto en los que se ve amenazada la democracia, las personas que más sufren esta crisis son las mujeres y las personas LGBTIQ+, a menudo quedando invisibilizadas en los procesos de justicia, paz y reparación. Desde tu trabajo y conocimiento del Proceso de Paz en Colombia, ¿cómo ha sido la participación y experiencia de las personas diversas en el mismo y la búsqueda de la verdad en los sucesos del conflicto? ¿ Qué retos han enfrentado en este proceso?
Frente a tu última pregunta, creo que, aunque ha habido invisibilización, también es importante reconocer los esfuerzos significativos realizados. En el caso de Colombia, el reconocimiento de la victimización de las personas LGBT en el marco del conflicto armado ha sido notable. Si lo comparamos con otros países de América Latina, como Chile, donde aún falta esclarecer el número de víctimas LGBT durante la dictadura de Pinochet, o Argentina en donde pasa algo similar, e incluso Cuba donde el régimen autoritario sigue en pie y no hay datos claros; en Colombia hay iniciativas muy poderosas y hay como cierto reconocimiento.
Visto desde esta perspectiva comparativa el Centro Nacional de Memoria Histórica ha realizado esfuerzos valiosos por narrar esas memorias y reconocer la victimización desproporcionada de las personas LGBT en el conflicto armado. Aunque es necesario mantener una perspectiva crítica y reconocer que aún hay mucho por mejorar, estos esfuerzos son significativos. La Comisión de la Verdad también ha hecho avances importantes, al igual que la Unidad para las Víctimas, que está mejorando en ofrecer números, nombres y esclarecer hechos.
Cuando trabajé como asesora en la Procuraduría delegada para el seguimiento del acuerdo de paz, específicamente en la asesoría de género, observé que en las medidas de reparación para las víctimas aún falta profundizar y mejorar el enfoque interseccional y de género. Es crucial reconocer las vulnerabilidades a las que están sujetas las personas LGBT, que han sido víctimas del conflicto armado, y que son más propensas a vivir en condiciones de pobreza y a sufrir situaciones de revictimización.
En los últimos dos años, en la que los que ha existido una profundización de la crisis humanitaria en Colombia, las personas LGBT están nuevamente siendo víctimas de confinamiento, masacres y hostigamiento en los territorios donde operan los grupos armados. Hay una invisibilización reciente de estos hechos, especialmente de las personas que lideran procesos comunitarios y políticos en sus regiones.
En el Caribe, muchas víctimas LGBT, especialmente mujeres trans, están siendo masacradas y perseguidas por el Clan del Golfo. Situaciones similares ocurren en el Pacífico, donde operan las disidencias de las FARC y otros grupos armados, y en las regiones donde está presente el ELN. Es fundamental impulsar más soluciones y medidas de protección. Otro tema importante es revisar los vehículos y las medidas de protección actuales para líderes y lideresas LGBT en estos territorios. Ellos necesitan tener acceso a carros, chalecos y todos los dispositivos de protección necesarios para continuar con su trabajo comunitario y político.