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FORO CUBANO Vol 3, No. 21 – TEMA: INDICADORES –

Financiamiento Externo en Cuba

Por: Luis R. Luis*

Junio 2020

Vistas

*Economista internacional en Massachusetts. Ha sido profesor de Economía Internacional y antiguo director para América Latina en el Institute of International Finance en Washington.

Es ampliamente conocido que Cuba tiene escaso acceso al financiamiento externo y no puede levantar fondos en los mercados de capital. Esto se debe a elementos internos y externos que afectan la situación del país frente a los mercados financieros, el financiamiento de países amigos, las agencias multilaterales y la inversión extranjera. El apretado acceso financiero es en buena parte la consecuencia de las flacas exportaciones de bienes del país.  La debilidad en la exportación de mercancías solo ha podido ser parcialmente compensada por el turismo y los servicios médicos.

Las políticas económicas de Cuba crean un sesgo contra la exportación: monopolio estatal del comercio exterior, control cambiario y un sistema de tipos de cambio múltiples que desincentiva la exportación y subsidia ciertas importaciones. Al mismo tiempo, el cierre del mercado de Estados Unidos le quita a la isla un socio comercial y financiero clave.

La debilidad del sector exportador coloca a la isla en una crónica crisis de balanza de pagos.  Esto no es evidente casualmente mirando las cifras de comercio exterior.  Por ejemplo, en 2016, el último año del que se disponen cifras oficiales de balanza de pagos, Cuba registra un superávit en cuenta corriente de US$ 1 796 millones, o sea, un excedente en la balanza de comercio global. No obstante, en vista de un extenso endeudamiento y la falta de obtener ingresos líquidos por todas las exportaciones de servicios, el país permanece en una frágil posición de liquidez internacional con atrasos de pagos reportados a países del Club de París y a proveedores.

La frágil liquidez y el alto endeudamiento afectan la calidad crediticia del país. La isla es calificada por Moody’s, una de las tres grandes agencias de calificación crediticia, en el nivel Caa2, el tercero más bajo de la escala. Esta calificación significa que Cuba es un deudor de alto riesgo. En estas condiciones no es factible acceder a préstamos comerciales a largo plazo o al mercado de bonos. Al igual, por razones históricas en el conflicto con Estados Unidos, Cuba se separa de los principales organismos multilaterales: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, cortando a la isla de estas importantes fuentes financieras.  En lo que sigue, examino las fuentes de crédito a las que Cuba tiene acceso, crédito bancario de corto plazo, financiamiento oficial y crédito de proveedores. 

 

Financiamiento bancario

Los bancos internacionales son el principal mecanismo de acceso cubano a los mercados financieros. Los bancos proporcionan fondos para importaciones y capital de trabajo para empresas nacionales y extranjeras operando en Cuba. Estos préstamos, por lo general, tienen vencimientos de menos de dos años y frecuentemente están respaldados con colateral de bancos cubanos. De toda forma, los préstamos de la banca cubren solo una parte reducida de las necesidades de financiamiento del país. 

Como se aprecia en el Cuadro 1, en 2013-2015 los bancos de 49 países que reportan al Banco de Pagos Internacionales (BPI) en Basilea, Suiza, suministraron escasos fondos, pero restauraron su financiamiento a Cuba en 2016.  En ese año, el gobierno llegó a un acuerdo de reestructuración de la deuda con trece países europeos y Japón a través del Club de Paris, un mecanismo que agrupa a 22 países acreedores. El acuerdo reabrió mecanismos de seguros crediticios de gobiernos a la banca europea. No obstante, los flujos de US$ 340 millones en 2016, US$ 219 millones en 2017 y US$ 892 millones en 2018 son bajos con relación a las importaciones de la isla. El crédito registrado en el BPI en 2018 cubre el 22% de la importación total y menos al otorgarse prestamos de duración mayor de un año. Esto señala la apretada disponibilidad de financiamiento a las importaciones, aunque existen créditos para la importación de agencias estatales de países como China, Vietnam y Rusia, no reportados por el BPI.

El deterioro en pagos de Venezuela por servicios cubanos y las nuevas limitaciones impuestas por Estados Unidos al turismo afectaron la situación crediticia y dio cabida a una salida neta de fondos de $497 millones en 2019. Al momento no hay cifras del BIP para el 2020, y solo podemos especular sobre el impacto al financiamiento bancario de la decisión de Cuba de pedir una demora de pagos por tres años al Club de Paris, unido al severo impacto de la pandemia sobre el turismo a la isla y la probable disminución de las remesas. 

 

Nuevas sanciones de Estados Unidos, en particular la puesta en efecto del Título III de la ley Helms Burton en abril de 2019, han aumentado el riesgo de transacciones con Cuba para bancos europeos y asiáticos, y son un factor en la disminución del crédito, aunque más de 80 % de los préstamos a Cuba están denominados en euros, otras monedas europeas y yenes.

Financiamiento oficial

Existen dos fuentes de financiamiento oficial a países en desarrollo: financiamiento bilateral por agencias de diversos países, y asistencia concesionaria y no concesionaria de organismos multilaterales.  En el caso de Cuba, el financiamiento multilateral consiste mayormente en fondos para la asistencia técnica proporcionada, por ejemplo, por agencias de las Naciones Unidas.  La asistencia multilateral anual es pequeña ya que se excluyen las principales entidades financieras internacionales y promedia US$ 29 millones en 2013-2017.

Financiamiento Oficial para el Desarrollo a Cuba  (millones US$)

El financiamiento oficial bilateral a Cuba tiene dos fuentes principales: una son los países desarrollados con economía de mercado, de los cuales 29 pertenecen a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la otra fuente es financiamiento proporcionado por países socialistas como China y Vietnam, pero estos países no publican estadísticas al respecto. 

El Cuadro 2 muestra el financiamiento oficial a Cuba de los países miembros de la OCDE, más otros 18 países, incluyendo algunos en el Cercano Oriente y otras partes de Asia. Incluye además ayuda multilateral.  Estos flujos que permanecían a un bajo nivel anual de US$ 90 millones como promedio en 2011-2013, experimentaron un alza apreciable después de la renegociación de la deuda oficial con países miembros del Club de Paris en 2015, llegando a US$ 3 162 millones en 2016 y US$ 776 millones en 2017. Sin embargo, estos flujos incluyen US$ 2 220 millones en 2016 y US$ 232 millones en 2017, que son desembolsos en moneda cubana de antiguas deudas y, por lo tanto, no representan una nueva entrada de fondos a la isla. La diferencia entre las dos líneas en el Cuadro 2 es la entrada neta a Cuba de nuevos fondos en 2011-2017. En 2018, de acuerdo con la OCDE, tuvo lugar una disminución de 45 % en los flujos de ayuda oficial.

Deuda Club de Paris y Deuda Oficial ONEI (millones US$)

El Cuadro 3 muestra la deuda cubana a los 22 miembros del Club de Paris comparada con la deuda de Cuba a entidades oficiales publicada por ONEI. La cobertura geográfica de ambas fuentes difiere en cuanto la de ONEI incluye a todo el mundo. En 2011-2013 la marcada diferencia se debe a la inclusión de la deuda soviética en las cifras del Club de Paris, pero esta deuda no fue reconocida por Cuba. Al restructurar la deuda en 2015, el monto se reduce y, para 2015, la deuda registrada por ambos, el Club de Paris y ONEI, son similares.  Es interesante que, a medida que se restructura la deuda a países europeos, la deuda registrada por el Club de Paris en 2016 se reduce en US$ 5 mil millones comparada con la cifra de ONEI. La deducción es que esta diferencia representa endeudamiento a países socialistas como China y Vietnam, y a otros en Latinoamérica.

No existen estadísticas publicadas del financiamiento de China a Cuba. Fuentes informadas en Asia indican que este ha sido importante como respaldo a las importaciones desde ese país. No obstante, las importaciones de China han disminuido desde 2016 cuando llegaron a una cima de US$ 2 328 millones, de acuerdo con la ONEI.  Las cifras de comercio con China sugieren que, en la última década, el flujo total de financiamiento chino supera US$ 5 000 millones en forma combinada de créditos bancarios y de proveedores.

Financiamiento de proveedores

El financiamiento de proveedores es la tercera fuente de fondos que Cuba ha utilizado para financiar sus importaciones. Este es financiamiento de exportadores, tanto de materias primas como de productos intermedios, y raramente bienes de capital. A diferencia de las otras fuentes de fondos, son los mismos suministradores los que dan crédito directamente, mientras que la banca y las agencias oficiales actúan como intermediarios. 

Al revés de las otras fuentes de financiamiento, no existen registros internacionales de financiamiento de proveedores. La ONEI publica la deuda a proveedores y la cifra más reciente es del 2016.  De esas se desprende que, después de un período de reestructuración de deudas impagas a final de la década pasada, donde el país hace repagos importantes, se obtuvieron créditos netos en 2015 y 2016 por US$ 1,3 y US$ 2,2 mil millones, respectivamente.  Al presente existen importantes atrasos de pagos con proveedores. Esto implica que la isla sólo obtiene nuevos fondos de aquellos suministradores que reciben pago por sus créditos. Los suministradores de alimentos y medicamentos están al frente de la cola de pago. Otros que proveen materiales de menor necesidad sufren atrasos importantes.

Al fin del 2016, ONEI reporta en $5,6 mil millones la deuda con proveedores, o 31 % de la deuda total de $ 18,2 mil millones. No es claro si las cifras de ONEI de deuda a proveedores incluyen intereses y penalidades por atrasos de pagos. La deuda divulgada por ONEI, probablemente, es menor a aquella en los libros de los acreedores.

Observaciones finales

La aguda crisis de liquidez en Cuba a mediados de 2020 ha llegado a un punto que afecta gravemente el suministro de alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales a la población.  El corte del turismo por la pandemia y las sanciones exacerban la situación. Al no tener acceso al financiamiento del FMI y otras fuentes multilaterales, ni con su principal socio, Venezuela, incapaz de proporcionar ayuda financiera, Cuba se encuentra en una situación de extrema austeridad forzosa. Las remesas quedan como una fuente de liquidez que el gobierno trata de extraer con nuevas medidas.  No está claro cuál será el impacto de la pandemia sobre las remesas y estas permanecerán como la principal fuente de liquidez del país en el corto plazo.

En un horizonte más amplio, el desarrollo de las exportaciones es necesario para mejorar la apreciación crediticia de Cuba.  En el intermedio tendrán lugar negociaciones con los acreedores del Club de Paris, China y con proveedores, y sin grandes reformas económicas el flujo de fondos será exiguo. La reactivación de los sectores exportadores requiere reformas profundas al funcionamiento de las empresas, la liberalización de precios y del régimen cambiario, y una verdadera apertura a la inversión extranjera.

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