FORO CUBANO Vol 4, No. 35 – TEMA: REFLEXIONES DE LA GUERRA FRÍA–
Guerra Fría olímpica
Por: Juan David Cañón González
Agosto 2021
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Durante la Guerra Fría, las Olimpiadas se constituyeron como uno de los escenarios clave de la batalla ideológica entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Este artículo expone la manera en que los deportistas se convirtieron en representantes de los intereses de dichos bloques en el exterior.
Habiendo pasado los últimos Juegos Olímpicos en Tokio se pudo observar que los principales ganadores de medallas en las diferentes disciplinas fueron los países potencias dentro del sistema internacional como Estados Unidos, Japón, China, Gran Bretaña y el Comité Olímpico Ruso. La hegemonía de estos Estados en términos deportivos ha sido bastante regular a lo largo de las diferentes ediciones de las justas que llevan representantes a nivel mundial. Un detalle importante que llama la atención es la presencia de rusos y estadounidenses en los primeros puestos del medallero todavía. Aspecto que lleva a recorrer de nuevo un suceso histórico como la Guerra Fría y analizar su relación con las Olimpiadas en lo referente a significar las justas deportivas como un campo de confrontación no solo deportivo, sino también ideológico.
La Guerra Fría se comprende como ese período posterior a la Segunda Guerra Mundial comprendido entre la década de 1950 y 1991 cuando se llega a la caída de uno de los dos grandes del nuevo orden mundial establecido. Este contexto estuvo marcado por ser el lapso en el cual el mundo se dividió en las zonas influencia de los dos grandes hegemones que tomaron las riendas del sistema internacional luego de la Segunda Guerra Mundial: por un lado, los Estados Unidos de América (EE. UU.), caracterizado por promover el sistema capitalista; del otro lado, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) representando el sistema socialista. Durante el desarrollo de este conflicto es importante llamar la atención en cuanto a que las confrontaciones conocidas como ataques militares o simples pronunciamientos criticando las acciones u omisiones del otro bando fueron más que todo experimentadas por los países aliados a los dos grandes poseedores de la autoridad en ese momento en la medida que se desarrollaron guerras proxy o confrontaciones que no vieron involucrados directamente a EE. UU y a la URSS.
Uno de los escenarios en donde se pudo evidenciar lo trascendente de esta confrontación en el mundo es en el ámbito deportivo en la medida que son los deportes la mayor expresión de competitividad a nivel mundial. El principal ejemplo de esta confrontación en la mayoría de las situaciones han sido los Juegos Olímpicos. A partir de esta presunción, se puede hacer un análisis de cómo los Juegos Olímpicos fueron más allá de una mera competencia para convertirse en el “campo de confrontación” entre los hegemones. Paralelamente, se puede evidenciar un enfrentamiento entre diferentes concepciones del deportista o del competidor que se observan en la manera como se moldearon las políticas deportivas de los países grandes.
Hechos importantes durante la Guerra Fría
En primer lugar, se hará un recuento histórico de hechos conocidos dentro de la coyuntura de Guerra Fría que demuestran la relación que tuvieron los enfrentamientos ideológicos en las justas olímpicas. Iniciando con los juegos de Helsinski de 1952 los cuales se pueden considerar el primer enfrentamiento entre estadounidenses y soviéticos. De estos juegos se resalta la novedad de los pronunciamientos de Stalin aceptado la participación de la URSS en las competiciones bajo el ideal de abrir las puertas para que el mundo conozca a los soviéticos y estableció el deporte como reforzador de poder de la Unión y como seducción cultural (Edelman citado por Torres, 2015). En resumen, para los soviéticos los olímpicos fueron el inicio de una estrategia de soft power, en términos de Joseph Nye. Estos juegos se caracterizaron por tener una villa olímpica dividida entre dos, siendo la parte del bloque socialista cercada con alambres y todo tipo de seguridad con la intención de no tener encuentros más allá de lo competitivo entre soviéticos y estadounidenses. Finalmente, de estos olímpicos Stalin observó a su país ser el ganador por nueve medallas sobre Estados Unidos pero, al parecerle insuficiente, decide potenciar la inversión en el ámbito deportivo para hacer más aplastante su victoria.
Luego, en los juegos de Melbourne de 1956 se presenció el enfrentamiento entre húngaros y soviéticos en waterpolo que terminó en una confrontación física en donde hubo heridos por golpes exagerados salidos de tono de lo que dicta el reglamento del deporte. Lo que se debe dejar presente es que por esos días se vieron los primeros intentos de la Revolución húngara que fue respondida con una intervención militar soviética que llegó a los campos de juego de los olímpicos. Este hecho generó que algunos deportistas como Ervin Zádor pidieran asilo político en países como Estados Unidos (Torres, 2015) por miedo a represalias.
Más hechos relacionados al ámbito deportivo que se le deba este período de Guerra Fría se muestran en la importancia que tuvieron deportes poco tradicionales como el tenis de mesa o el ajedrez. El primero siendo la herramienta diplomática de Richard Nixon para acercarse a los chinos en la década de 1970 y el segundo, cuando un estadounidense venció a un soviético lo que representó, de acuerdo a periodistas occidentales, una victoria del mundo libre sobre la ortodoxia comunista (Torres, 2015). Posteriormente, en los olímpicos de Montreal de 1976 surgió la figura de Nadia Comaneci, una gimnasta rumana que mostraba el esplendor de la disciplina soviética o del bloque soviético que fue de gran agrado para muchos fanáticos del deporte en el mundo occidental.
Como últimos aspectos a resaltar y la mayor expresión de la Guerra Fría se muestra en los olímpicos de 1980 y de 1984 que fueron los mayormente permeados por dinámicas de capitalismo contra socialismo. En los primeros juegos, como respuesta a la invasión soviética a Afganistán, los estadounidenses decidieron expresar su desacuerdo por lo hecho al retirarse de los olímpicos de Moscú 1980 junto con otros 64 países. Para el año 1984, cuando la sede era la ciudad de Los Ángeles, los soviéticos aplicaron la misma estrategia retirando a sus deportistas de los juegos en compañía de otros 15 países (Jáuregui, 2018).
Concepciones compartidas
Los anteriores hechos llevan a cuestionar una temática como la concepción que tienen los bloques de países en cuanto al enfoque que le dan a su política deportiva o qué significa ser deportista para países como la URSS y los Estados Unidos. Como primer aspecto, Ibarrola (2018) expresa de manera clara lo que los soviéticos consideraban que era un deportista, desde los albores de la creación de la URSS se dictó que todo aspecto de la sociedad soviética debería estar imbuido de la ideología predominante en la Unión al igual que una lógica de conflicto o guerra que en mayor medida va a envolver al ciudadano soviético, entre estos el deporte es incluido. Bajo esta lógica, los deportistas soviéticos son considerados defensores del poder soviético alrededor de mundo que luchan en contra de los otros países que son enemigos de la ideología socialista. Es por ello que muchos de estos países del bloque socialista mostraban a sus deportistas como héroes nacionales casi con un aura de soldados defensores de la patria. Lógica que compartieron durante el mismo período países afines a la URSS como la República Democrática Alemana o Cuba (Cañón, 2021).
Durante este mismo período, por parte de los Estados Unidos se puede evidenciar una repetición de la lógica soviética en la medida que los deportistas estadounidenses eran representantes de los intereses del país en el exterior y debían defender estos derrotando a los competidores soviéticos. Ahora bien, al tener esta concepción compartida, es pertinente establecer una distinción crucial de cómo se manejaba el deporte para diferenciar a ambos casos. Frente a esto, Garzón (2018) establece que el sistema estadounidense posee una presencia mínima del Estado en lo referente al deporte dándole así mucha importancia al componente privatizador y a las asociaciones o ligas que organizan a los deportistas, que es algo que continua hoy en día.
En resumen, lo que se muestra es que durante la Guerra Fría se manejaron lógicas belicistas que van en línea con el contexto que se estaba viviendo. Esta concepción de ambos países de superponer a sus deportistas como combatientes dentro del contexto del mundo bipolar cabe de manera clara dentro de lo explicado por Pérez (2011) en la medida que explica el deporte como ese componente nacionalista que lleva a apoyar una ideología militar que implica cumplir con unos deberes u obligaciones especiales y prestar un servicio de modo patriótico para con su país.
Conclusión
En ese orden de ideas, los Juegos Olímpicos fueron la perpetuación de la confrontación entre los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas enfrentados en unas lógicas de tipo bélico o incluso militar en lo referente a que de ambos bandos se consideraba a sus deportistas como defensores de los intereses en el exterior del país en estas competiciones. Igualmente, las justas deportivas sirvieron como mecanismos de expresión o como medios de acción política para expresar descontentos o discrepancias frente a actuaciones en el ámbito político, económico y militar llevando hechos de vital relevancia como lo sucedido en Afganistán a la escena internacional a través del boicot a los Juegos Olímpicos del contrario. A futuro se espera realizar estudios y analizar de qué maneras esas percepciones de los grandes permearon ideales sobre el deporte en muchos otros países alrededor del mundo e ir más a fondo en cuanto a qué ha cambiado de la Guerra Fría hasta nuestros días.
Referencias
Cañón, J. D. (2021). El socialismo deportivo. Foro Cubano - divulgación, 4(30).
Garzón, N. (2018). Análisis comparativo de los modelos educativos en el deporte de alto rendimiento en Estados Unidos, China y Colombia. 126.
Ibarrola, D. (2018). Reflexiones acerca del deporte soviético: De la revolución a la adaptación a Occidente. Revista ludicamente, 7(14).
Jáuregui, D. (2018). Cuando el deporte y la política se mezclan. Señal Colombia. https://www.senalcolombia.tv/documental/la-relacion-entre-la-politica-y-el-deporte
Pérez, J. (2011). La filosofía del deporte: Temas y debates.
Torres, M. E. (2015, noviembre 28). Cuando la guerra se servía muy fría en el deporte | ICON | EL PAÍS. https://elpais.com/elpais/2015/06/10/icon/1433929962_313503.html