Aún es sorprendente ver que, después de 64 años de la Revolución Cubana y su sostenimiento mediante el sometimiento económico y social de la población, para algunos países del mundo e incluso de la región, no se considera una dictadura. Es difícil comprender cómo la campaña publicitaria del régimen cubano y la narrativa impuesta en el sistema universal se ha tomado como la verdad absoluta, ignorando los testimonios de las víctimas y la abolición de derechos civiles y políticos. 

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Sin embargo, gracias a la tecnología y el acceso a la información, mantener esta imagen se ha vuelto más costoso para el régimen. La población cubana y la comunidad en el exilio han podido visibilizar la realidad de lo que están viviendo.

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La masificación del uso de la tecnología y las redes sociales ha trascendido las barreras de los medios de comunicación tradicionales, permitiendo a jóvenes cubanos contarle al mundo la realidad de lo que se vive en Cuba. Sin embargo, es importante mencionar que la tecnología es solo una herramienta y puede ser utilizada de manera inescrupulosa para sostener regímenes autoritarios.

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Además, me preocupa el impacto de la Inteligencia Artificial en los asuntos políticos y en particular en el uso que pueden darle los autoritarismos. La idea errónea de que se trata de una especie de ser superior objetivo y ecuánime en sus análisis y decisiones puede representar un peligro. Un ejemplo de esto es una encuesta realizada en 2021 por el Centro IE para la Gobernanza del Cambio en Europa, que arrojó que la mayoría de las personas en la Unión Europea estarían de acuerdo con cambiar miembros de sus parlamentos por sistemas de inteligencia artificial, con la creencia de que estos son "objetivos".

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Este tipo de noticias y la fe ciega en la información disponible en la Web me llevó a revisar el caso de Cuba y del tan polémico ChatGPT, que tal como se describe así mismo es “un prototipo de chatbot de inteligencia artificial que se especializa en el diálogo” el cual construye sus respuestas de un gran conjunto de datos conocido como "corpus" el cual es utilizado para entrenar a modelos de lenguaje de este tipo. Este corpus está compuesto por una gran variedad de textos, desde artículos de noticias, libros, documentos científicos, entre otros. Esta información se recolecta de diferentes fuentes en internet, como sitios web, bases de datos y repositorios de texto abiertos. Pero, quiénes generan este contenido y logran ponerlo a disposición del mundo.

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Tomando esto en cuenta, decidí hacerle algunas preguntas relacionadas sobre el contexto cubano y la realidad de la población y tal como sospechaba las respuestas suelen inclinarse hacia la narrativa oficial, que como ya mencionaba al contar con los recursos para divulgar su versión termina posicionándose como la única verdad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como mencioné en líneas anteriores, resulta sorprendente que después de seis décadas para una parte del mundo y la región resulte tan difícil reconocer que se trata de una dictadura, que no hay alternancia en el poder y que este sería motivo suficiente para sancionarla como una dictadura.

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Es evidente que el discurso sobre las sanciones internacionales y el llamado bloqueo es el predominante a nivel internacional. Lamentablemente la presión internacional de esta naturaleza no ha logrado su cometido de someter a las dictaduras y si les ha servido como la excusa para perfecta para ocultar el fracaso del modelo.

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La situación de Derechos Humanos y las constantes violaciones a la dignidad humana no deberían ser objeto de controversia, no existe justificación alguna para las más de 1.000 personas presas políticas en la Isla, la persecución no cesa y por el contrario desde el año 2021 han aumentado los mecanismos de represión lo cual ha llevado a un nuevo repunte en la migración hacia Estados Unidos por rutas que resultan mortales.

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Resulta sencillo toparse con múltiples titulares en donde señalan los logros sobre soberanía alimentaria en Cuba, probablemente uno de los mitos más difíciles de romper, lo cierto es que las denuncias no cesan frente a la mala alimentación en las cárceles del país, una evidencia de ello el testimonio de Ariel Urquio. Así mismo, los altos precios de los pocos alimentos disponibles hace imposible consumir los nutrientes necesarios, tal como lo narra Norma en la entrevista “Yo no tengo a nadie que me ayude de afuera”.

 

Y es que como hemos insistido desde Food Monitor Program desde diferentes investigaciones, las cifras aportadas a los diferentes órganos del Sistema Universal deben tomarse con preocupación, la mayor parte son generadas por la oficialidad, información que se puede conocer y contrastar la información en nuestro Mapa de hambre.

 

En general, podemos evidenciar que si bien las respuestas dibujan un tanto las críticas condiciones económicas y sociales, así como la represión política, la narrativa oficial de los logros sociales ha calado en la opinión internacional opacando la realidad de una dictadura que ha sostenido por años bajo la complacencia internacional.

 

Por lo pronto, solo nos queda seguir visibilizando lo que sucede, denunciando los abusos y registrando los hechos, con el fin de contrarrestar la campaña creada por la oficialidad para ocultar la realidad que se vive en Cuba.

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