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FORO CUBANO Vol 5, No. 48 – TEMA: 11J: "CIUDADANOS CUBANOS EN BUSCA DE SU LIBERTAD PERDIDA"–

Introducción

Por:  Rut Diamint [1] y Laura Tedesco [2]

Septiembre 2022

Los textos que acompañan este número de Foro Cubano son textos de exilio e insilio. Al leer sus reflexiones verán que los autores no son políticos con estructuras partidarias. Son cubanos que no pueden desplegar su identidad bajo un régimen que anula sus voluntades individuales y colectivas.


El tema del exilio es, desde los orígenes de la filosofía, una cuestión central de la vida política. No importa que el país al que deben emigrar les ofrezca condiciones más favorables de las que tenían en Cuba. El éxito profesional e incluso una economía familiar más próspera no borran las huellas de vivir lejos de su patria.


Platón argumentaba en su obra La República que los ciudadanos estaban condenados a dos tipos de muerte posible: una de ellas, la más temida, era el exilio. No existía, por aquel entonces, el insilio, que figura en alguno de los textos que presentan estos cubanos. El exilio histórico, según Platón, castiga la separación del espacio geográfico propio, de lo familiar, lo conocido, lo cotidiano.


Para Aristóteles [3], el ostracismo era la práctica para rebajar a los ciudadanos eminentes y desterrarlos. Al alejarlos de la vida política de su ciudad y dejarlos sin derechos políticos, el ostracismo era una medida útil para decapitar a la oposición. El filósofo da cuenta que sufre más el alma que el cuerpo, sufrimiento que se explica en el exilio. Y llama la atención sobre el terrible legado de perder la memoria del lugar en que se nace.


Más recientemente, el filósofo Agamben (1996) expresa: “A mi modo de ver, hoy día cualquier aproximación al problema del exilio debe empezar ante todo por cuestionar la asociación que se suele establecer entre la cuestión del exilio y la de los derechos del hombre”. Agrega Agamben que el Estado moderno rompe la continuidad entre ser humano y ciudadano, entre nacimiento y nacionalidad, y ello pone en crisis la ficción originaria de la soberanía moderna. O sea, cuestiona la misma legitimidad del Estado mientras que el exilado queda desterrado, expulsado de su tierra natal y por lo tanto desnacionalizado.


En referencia a la noción de insilio, Castillo (2021) expresa que no se trata de razones individuales o que derivan de un proceso psicológico personal, sino que funciona de manera inversa, desde lo exterior hacia lo interior: el insiliado deja de sentirse respetado e integrado en el país donde vive y, como consecuencia, se produce el proceso personal de aislamiento y angustia. El aislamiento surge pues debe callar socialmente lo que piensa y siente.


En la medida que un ciudadano o ciudadana se destaca en su comunidad, las dictaduras aplican la política del exilio al expulsarlo de esa comunidad. Se lo estigmatiza. Pasa a ser un enemigo del pueblo. La libertad de opinión, expresión o pensamiento, quedan conculcados bajo el rotulo inapelable de traidor.


Cuba, un régimen sin libertad


En Cuba existen barreras casi invisibles que obligan a emigrar a lo que algunos han llamado el paraíso de la soledad. La vida cotidiana se sostiene en una retórica que ya seduce a muy pocos. Los sacrificios que impone la revolución dejaron de tener sentido para muchos cubanos. El régimen no trajo mayor bienestar, pese al acceso universal a la educación y a la salud. Desde los primeros tiempos de la Revolución, las voces contra el régimen han sido calladas con violencia, con exilios e insilios. 


La página sin precedentes en la historia de la revolución cubana aclamada por Fidel Castro es, sin duda, el haber evitado una invasión estadounidense. Desde México, Fidel planeó su regreso a la isla para hacer la revolución y derrocar al dictador Batista. Todos los demás logros han sido cuestionados. La creencia inicial de los derechos de los pueblos a la independencia fue deslegitimada. Se reivindicaba la Declaración Francesa de los Derechos del Hombre, que proclamaba: “Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es para éste el más sagrado de los derechos y el más imperioso de los deberes”. 


La realidad actual en Cuba es la falta de comida, de energía, de libertad, pero la revolución impide cualquier insurrección, considerada una traición a la patria.
Durante décadas, el régimen quiso esconder los sacrificios del pueblo cubano. La nueva trova cubana, representada sobre todo por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, pretendía inculcar las ideas de una sociedad unida, educada y comprometida con la revolución. Actualmente la canción que mayores seguidores tiene, que más ponderó la población cubana, es Patria o Vida, escrita por Yotuel Romero, Descemer Bueno, Maykel Osorbo, Eliecer “el Funky” Márquez Duany y el dúo reguetonero Gente de Zona, y ganadora de un premio Grammy Latino. Maykel está preso condenado a nueve años de cárcel. 


Las insuficiencias del modelo económico se justifican en el embargo económico impuesto por Estados Unidos que no debería continuar. Es necesario aclarar que el bloqueo -según el lenguaje cubano- o el embargo desde las palabras de las administraciones de EE.UU., es una medida anacrónica e injusta. La supervivencia del régimen cubano, pese a las crisis y a las manifestaciones populares, sigue intacta. El recurso utilizado es una mezcla autoritaria de manejo extremadamente hábil de la inteligencia en manos de la Seguridad del Estado. Asimismo, el embargo es uno de los pilares del gobierno cubano para justificar las penurias del pueblo sin reconocer los errores y el fracaso del sistema productivo impuesto desde los años 60. 


El régimen cubano es una dictadura en la que no hay espacio para la disidencia, ni para una sociedad civil que reclama cambios aun cuando sabe que ese reclamo puede conducir al exilio, el insilio, la represión, el encarcelamiento o la muerte. Quienes tienen mayor libertad para denunciar las penurias en Cuba son los que se van, aquellos que se trasladan a países democráticos, en muchas ocasiones contra su voluntad. 


Desde hace varias décadas, Cuba vive su declive. El pueblo se sacrifica mientras la retórica oficial sigue anunciando que se tomará el cielo por asalto. Las historias de vida que compila este número de Foro Cubano son la expresión de una dominación irracional. Son la constatación de que la quimera de justicia se transformó en represión por parte de los opresores. La ilusión ya no acompaña a la historia comunista. Estas historias reflejan que aún está lejos la victoria democrática.


Los textos de esta revista


Hemos contado con la valiosa colaboración de Rose Ahisha, Lester Álvarez, Manuel Cuesta, Yunior García, Yanelys Nuñez y Roberto Veiga (en orden alfabético), quienes han contado sus vivencias de forma generosa y desinteresada. Son historias de vida con esperanzas y frustraciones.


Rose Ahisha Castelao Álvarez vive hace 18 años en Canadá, por la desconexión que sentía con su país tanto política como socialmente. La empujó al exilio la mala alimentación, el pensamiento único, la falta de confianza en los demás y el constante "habla bajito" de los padres. Se lamenta que “en el caso de Cuba, muchas cosas carecían y carecen de explicación lógica”. Las manifestaciones de julio de 2021 la impulsaron a vincularse a la política pues tiene esperanza de que Cuba va a cambiar.


Lester Álvarez cuenta como en su Camagüey natal estaba perdido respecto a su futuro profesional. Su identificación como artista lo llevó a estar al margen de las instituciones culturales estatales. La persecución de artistas en su país lo condujo a España con la intención de tomar distancia física e intelectual de Cuba. Lester tiene la esperanza que expresa cuando escribe “tengo la certeza de participar en la construcción de una sociedad civil articulada de cara a la necesaria democratización de Cuba”.

 
Manuel Cuesta Murúa, el único de los escritos que pertenece a un opositor que, a través del tiempo, ha creado organizaciones con propuestas políticas, relata su cuestionamiento al marxismo imperante desde sus experiencias en la carrera de historia. Es revelador su argumento que fue el libro La Ideología Alemana lo que lo convenció de que no podía ni debía ser marxista. Su lectura le provocó un rechazo más intuitivo que intelectual a la idea de las revoluciones como algo positivo o necesario para el bien de la humanidad. Ese convencimiento no fue inocuo: “Mis protestas públicas llevaron a mi renuncia prevista y demorada a la Unión de Jóvenes Comunistas y a mi expulsión de la Oficina del Historiador de La Habana en la que trabajaba por esa época”. Su historia de vida es la de la recuperación del sentido de lo político que Manuel expresa como la reconfiguración del tejido cívico y político.


Yanelys Nuñez Leyva relata su proceso de aprendizaje político a través de publicaciones independientes como Havana Times. Yanelys comienza a participar en campañas organizadas por una incipiente, pero débil, sociedad civil. A través de esas campañas, comienza a relacionarse con Cuba de otra manera. Yanelys narra su proceso de aprendizaje en el medio de despidos, persecuciones y arrestos. 


Yunior García describe su crecimiento personal y profesional. Como Rose, hace referencia al “hablar bajito” por el miedo a que se descubran diferencias con el régimen cubano. Nos cuenta sus sensaciones al encontrarse con Fidel en un congreso de estudiantes. Sus 15 preguntas realizadas al Primer Secretario del Partido en Holguín le dieron una fama inesperada que se consolidaría gracias a sus obras de teatro. El decreto 349, la aparición del Movimiento San Isidro y el descontento general de los cubanos, llevaron a Yunior a participar activamente de las protestas del 27 de noviembre de 2020 y del 11 de julio de 2021. Yunior se convirtió en aquellos meses en un referente que lo colocó en la mira del gobierno cubano, una situación que lo llevo al exilio. 


Desde una experiencia distinta, Roberto Veiga relata su formación católica. Un padre comprometido con la revolución y una familia materna cercana a la iglesia le dejaron una amplia comprensión de lo humano en la política. La obligación de servir a la patria por medio del Servicio Militar obligatorio, y su vinculación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR), no lo alejaron de su vocación religiosa y su fuerte compromiso político. Trabajó en la producción de una revista que daba voz a distintas ideologías, orientada a un entendimiento racional sin negar las diferencias. El Gobierno arremetió contra esta iniciativa y Roberto terminó exiliado en España.


Agradecimientos


Queremos agradecerles a los autores los relatos de momentos difíciles en sus vidas personales. Esperamos que los lectores puedan encontrar en ellos las injusticias cotidianas que sufren los cubanos y la soledad del exilio y del insilio.

Pies de página

[1Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires

[2Saint Louis University, Madrid Campus

 

[3]Aristóteles, Política, México, UNAM, 2000, pp. 36-38.

Referencias


Agamben, G. (1996). Política del exilio. Archipiélago. Cuadernos de crítica de la cultura. Barcelona, Nº 26–27. 


Castillo, L. (2021). Platón 2.0 o la caverna en pixeles. El Día. https://www.eldiaonline.com/platon-20-o-la-caverna-pixeles-n1018980.
 

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