FORO CUBANO Vol 5, No. 46 – TEMA: MAPEANDO LOS CUIDADOS DE LA VEJEZ EN CUBA –
Proyecto otoño: la necesidad de un abordaje multidimensional en la atención a las personas mayores
Por: Orlando Miguel Barbán Guerra
Julio 2022
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Para realizar un buen abordaje gerontogeriátrico centrado en la persona del adulto mayor en el proyecto Otoño del Centro Loyola Reina, se requiere entretejer acciones socioeducativas en los diversos equipos de trabajo. La institución persigue alcanzar el bienestar de la comunidad a partir de la potenciación del emprendimiento, el cual trasciende lo lucrativo o económico, hacia otros de tipo cultural, educativo, ambientales, sociales, etcétera.
En el proyecto se atienden alrededor de 80 adultos mayores, de ellos, algunos se encuentran en situación de dependencia, pues existen quienes acuden con ciertas limitaciones que les dificultan acceder a algunos espacios físicos que se emplean para desarrollar diversas actividades recreativas y culturales con sentido, como la Peña del Adulto Mayor, la cual es realizada por promotores de la Casa de Cultura de Centro Habana y el Centro de la Danza de La Habana.
Para favorecer la participación -sin discriminación- de todos los usuarios del proyecto Otoño a las disímiles actividades, urge tener en cuenta y explotar las potencialidades con que cuenta el complejo Reina con respecto a los espacios físicos en planta baja. Atender las demandas de los usuarios adultos mayores respecto a una eficiente adecuación del acceso a los servicios del proyecto, resulta vital para convertirlo en una institución universal y amigable, incluyendo a aquellos que se encuentran en situación de fragilidad o enfermos.
Otoño, aunque persigue lograr un envejecimiento activo y saludable, descuida ofrecer una atención más personalizada a los adultos mayores. Se podría implicar al equipo de psicólogos “Sentir” y otros especialistas de la institución para que, de forma personal, se alcance el bienestar y calidad de vida en dimensiones como la emocional, física, los mecanismos de autocontrol, autorregulación y autoimagen, la cognitiva, socio-comunicativa y funcional.
El servicio de atención gerontogeriátrica centrado en la persona deberá responder a las características personológicas de los adultos mayores, donde se identifiquen sus necesidades, intereses, motivaciones, aptitudes y actitudes, así como rasgos del carácter y temperamento. La atención debe proteger la privacidad e intimidad de la persona, evitar los sentimientos de exclusión, respetar y apoyar el desarrollo del proyecto de vida, ayudar en la planificación de las metas a alcanzar para mejorar su vida sobre la base de su historia, capacidades e intereses personales. De esta forma se busca darle valor y estimular su capacidad de autonomía a pesar del nivel de dependencia en que se encuentre.
Otros elementos a tener en cuenta para ofrecer una atención centrada en la persona, es practicar la escucha activa y empática, transmitir confianza y esperanza, los mensajes deben ser claros y sencillos. El seguimiento y acompañamiento debe ser un pilar fundamental en la atención personal al adulto mayor.
De igual forma, existen algunos usuarios que ya no se encuentran asistiendo al Centro Loyola Reina por motivos de niveles de dependencia moderada y severa. Las actividades que se realizan suceden dentro de las instalaciones físicas, por tanto, adolecemos de acciones que brinden atención a estas personas mayores que se encuentran al cuidado de familiares o conocidos inmediatos porque su capacidad de funcionalidad está muy limitada.
Para ello, se puede auxiliar con intervenciones psicosociales que minimicen la dependencia a través de la creación de guías prácticas o manuales para la educación en salud, actividades centradas en el interés personal y para la estimulación cognitiva-emocional. Este material puede contar con la colaboración de los diversos profesionales que trabajan en el Centro Loyola Reina, tales como psicólogos, psiquiatras, gerontólogos y educadores populares. En el mismo, se deberá incluir, además, actividades para la satisfacción de necesidades básicas y de autocuidado, que impliquen el acceso a recursos económicos, de apoyo para la alimentación y aseo personal, la realización de acciones instrumentales necesarias para relacionarse con los demás y lograr otras metas.
Asimismo, se pueden construir otros materiales para el cuidador, que en su mayoría son familiares cercanos a la persona adulta mayor. Los mismos deben estar encaminados a reducir el estrés y agobio derivado del cuidado por la sobrecarga de roles y el abandono, que en no pocas ocasiones ocurre. Además, porque en su mayoría son mujeres que ejercen un doble cuidado (hacia los hijos y sus padres mayores) y tienen una vida activa profesional.
Además de estas acciones de intervención psicosocial en personas adultas mayores, se pueden desarrollar otras que vinculen a sus redes de apoyo social, las cuales pueden ser personales, grupales e institucionales; participación en la comunidad, servicios de respiro y psicoeducación, grupos de ayuda mutua y de uso de tecnologías. De acuerdo con estas y otras intervenciones, se requiere de un enfoque interdisciplinario e intersectorial para abordar con dignidad y responsabilidad el cuidado del adulto mayor dependiente para así generar mejoras en la calidad de vida.