En ocasiones, la academia presenta una visión romántica de la crisis del socialismo, en la que dependiendo de la experiencia vivida se culpa a unos u otros, pero pocas veces las responsabilidades son dirigidas hacia los gobiernos o líderes que están en esta corriente política.

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Teniendo en cuenta lo anterior, dos historiadores que se graduaron en distintos centros universitarios han intentado generar unas reflexiones en relación con los comentarios expuestos en su trayectoria estudiantil y profesional por académicos, colegas y docentes, encontrando puntos en común respecto a la defensa de este modelo y los motivos por los cuales existe la crisis.

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Se puede señalar que, dentro de los puntos en común, respecto a la defensa del socialismo, está la imagen del mundo perfecto, en la que todos los ciudadanos tienen el mismo acceso a la educación, salud, economía y posibilidad política de ascender a cargos burocráticos y de elección popular; bajo esta mirada, señalan que los modelos de países que no aplican el socialismo fracasan o fracasarán debido a la ausencia de equidad e igualdad entre todos los ciudadanos.

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Ahora bien, bajo esta premisa de defensa al socialismo, se desconoce la realidad de los países que han aplicado este modelo, donde las personas visiblemente no tienen acceso a una gran variedad de alimentos y donde la igualdad que se promete es solo una utopía hacia el exterior, pues mientras las personas del común sufren de hambre y enfermedades, los burócratas cercanos al alto gobierno y sus familias, viven de una manera muy diferente al resto de los ciudadanos, siendo Venezuela y Cuba un ejemplo de ello.

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En medio de la reflexión respecto a este tema, se evidencian dos falsas promesas que se han vendido a lo largo del continente, la primera de ellas es el modelo a la salud, allí nos han señalado, que el modelo de salud cubano es perfecto, tanto así que desde hace algunos años, un número importante de ciudadanos ha solicitado al gobierno colombiano la llegada de los médicos de la isla al país, para así alivianar las dificultades en la atención médica, lo que no sabían algunas personas que hacían esta propuesta, son las condiciones precarias en las que los profesionales son trasladados y la situación económica y familiar que afrontan.

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La segunda falsa promesa, es la excelencia y cobertura educativa, si bien un número importante de ciudadanos puede acceder a la educación básica, secundaria y universitaria, la enseñanza está condicionada al sostenimiento del régimen, tanto así que los docentes y estudiantes que se han atrevido a oponerse a las políticas educativas y han hecho protestas, han terminado expulsados y privados de su libertad por motivos ideológicos, teniendo en cuenta lo anterior, el régimen cubano argumenta que no es permitido esa clase de levantamientos contra las decisiones tomadas por los líderes políticos (para obtener mayor información respecto a este ítem, recomendamos leer el libro “Contra la discriminación ideológica en las universidades cubanas. Memorias de una protesta ciudadana en la red”, compilado por José Raúl Gallego Ramos).

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En cuanto a la crisis, los dos historiadores concordamos que la versión más recurrente para el caso venezolano y cubano, “es el bloqueo económico, impuesto por los Estados Unidos”, donde afirman que los problemas y dificultades de ambas naciones no se deben a las decisiones y fallas de los gobiernos, sino a razones externas, negando así la responsabilidad de los tomadores de decisión, este comentario ha sido recurrente para afirmar que el socialismo es viable pero que los gobiernos capitalistas no lo permiten.

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Lo anterior, se contrapone a la realidad que afrontan miles de ciudadanos venezolanos que debido a la situación de su país han tenido que migrar, muchos de ellos se encuentran viviendo de la caridad y relatan sus vivencias en las distintas plataformas virtuales entre ellas TikTok, Instagram, Facebook y Twitter, así como tristemente, en muchos buses del sistema de transporte de Bogotá e innumerables calles colombianas y latinoamericanas.

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La crisis del modelo, es hoy una realidad que muchos académicos no han querido visibilizar y que ven en estos países un ejemplo a seguir, donde el culpable seguirá siendo el capitalismo y no el modelo que establecieron o intentaron establecer, así como las erradas políticas sociales y económicas tomadas por quienes están en el poder, es notorio que los regímenes seguirán patrocinando viajes a académicos y celebridades para mostrarles las “bondades” y grandes obras pero nunca la marginalización de las zonas alejadas para los turistas.

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Una vez presentados los comentarios anteriores, se nos hace importante afirmar que la crisis del modelo socialista, así como sus errores y crímenes, no pueden seguir bajo el paraguas de causas externas, puesto que, contrario a lo que se nos ha enseñado, muchas de estas decisiones se han tomado no en la defensa de un modelo sino en el cuidado de quienes están en el centro del poder y mientras los ciudadanos viven bajo esas políticas muchos de los tomadores de decisiones, ostentan vidas de lujos tanto al interior como al exterior de sus naciones.

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Hoy más que nunca, hemos establecido una invitación a conocer las dos caras de la moneda, terminar con los mitos establecidos y analizar las crisis de los gobiernos de esta versión política desde una mirada neutral, donde se apoyen a las víctimas, los exiliados y los encarcelados por opinar contrario al régimen, es importante que la academia realice verdaderas reflexiones en relación a estos casos y permita que todas las partes sean escuchadas, para así establecer una visión verdadera del socialismo desde la enseñanza académica.

Finalmente, como historiadores y guardianes de los eventos históricos, nuestro compromiso es y será con la verdad y las víctimas, presentamos la necesidad de generar mayores espacios de diálogo académico donde se visibilicen las causas de la crisis y los procesos de transición del socialismo, así como la afectación de los gobiernos hacia sus ciudadanos y la democracia en los países donde se ha establecido, se hace necesario hacer una pausa en el camino y pensar cuántas veces en nuestra vida académica y profesional escuchamos solo la versión romántica de la historia