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FORO CUBANO Vol 6, No. 59  – TEMA: TESTIMONIOS DE LA CRISIS MIGRATORIA EN CUBA

Una y otra vez los migrantes cubanos volverían a migrar 

Vistas

Por: Zharick Maciel Gómez Becerra 

Agosto 2023

Cuba vive el mayor éxodo migratorio de su historia. La crisis económica, social y política de la población se agudizó terriblemente durante la Pandemia Covid-19 (2019-2023), por lo cual, una cifra récord de cubanos ha tomado la decisión de migrar. A continuación, a la luz de los testimonios de los migrantes, se presentan y analizan los factores históricos y coyunturales que han propiciado la crisis humanitaria. El ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, anunció la apertura de fronteras el 15 de noviembre de 2021 y desde entonces el éxodo masivo no ha dado tregua.  

Históricamente, Cuba ha sido un pueblo de tradición migratoria irregular. La primera ola migratoria se denominó Golden Exile (1959-962), en la cual huyeron 250.000 expatriados, la mayoría empresarios y republicanos. Por su parte, los Vuelos de la Libertad (1965-973) permitieron a más de 300.000 cubanos reubicarse en otro país. En el Éxodo de Mariel (1980) más de 125.000 cubanos llegaron al sur de la Florida, EE.UU. Otra oleada migratoria provocó La Crisis de los Balseros (1994) y la entrada en vigor la Ley Pies Secos, Pies Mojados (1995-2017) mediante la cual se legalizó el estatus de más de 35.000 migrantes que pisaron suelo estadounidense.  

Ahora bien, el presente éxodo logró eclipsar las cifras de las anteriores oleadas migratorias. De acuerdo con Custom Border Patrol (2023) aproximadamente 300.000 cubanos fueron interceptados por las autoridades migratorias en la frontera de Estados Unidos entre octubre de 2021 y noviembre de 2022. Adicionalmente, la cifra aumenta de forma exponenecial en la medida en que los migrantes se instalan en países de América Latina y Europa. Sin duda, Cuba marca un récord histórico en materia migratoria.  

Cabe destacar, que Cuba es uno de los países con la estructura poblacional más envejecida de América Latina. Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) de la República de Cuba (2023) al cierre del año 2022, las personas cubanas de 60 años y más representaron el 22.3% de la población. Por lo anterior, la mayoría de migrantes son personas jóvenes y en edad económicamente activa que buscan oportunidades para materializar sus sueños y ayudar desde la distnacia a sus abuelos y padres, lo cual, agrava la crisis demógrafica del país y pone de relieve la fuga de cerebros… Pero, ¿Por qué miles y miles de cubanos arriesgan sus vidas para llegar principalmente a Estados Unidos y en menor medida a países de América Latina y Europa?  

La población cubana se enfrenta diariamente a la escasez y el hambre. La pandemia Covid-19, la caída del sector turístico, la dolarización del Estado, una fallida reforma de mercado y tributación, la reducción radical de la relación económica entre Venezuela y Cuba, la disminución de las exportaciones entre China y Cuba a la mitad y el endurecimiento de las sanciones económicas de EE.UU. que detonaron en el aumento de la pobreza y las desigualdades sociales. En este contexto, el Estado ha sido incapaz de garantizar óptimos niveles de producción doméstica, realizar importaciones, reducir las tasas de desempleo y otorgar salarios dignos a los trabajadores, por lo cual, para sobrevivir a la inflación y el desabastecimiento, las personas tienen que acudir al mercado negro y realizar largas y peligrosas colas en las calles para adquirir alimentos, productos de aseo y medicinas. En palabras de Diana, filóloga y migrante, "Me decidí a venir porque en Cuba hacer cualquier cosa era imposible: comprar comida, productos de aseo, salir a tomarte un café, vivir de tu trabajo… Allí la gente ya no vive, solo sobrevive" (BBC News Mundo, 2023). En efecto, la migración es una alternativa para huir de lo que podría volver a ser un Periodo Especial en Tiempos de Paz, un refran local, que significa pasar hambre en tiempos de guerra y constituye la única oportunidad para lograr metas personales y tener éxito profesional.  

Asimismo , la mayoría de migrantes salen de su país en busca de libertad. El 11 de julio de 2021 estalló una protesta social inédita en Cuba denominada el 11J y popularizada bajo el himno Patria y Vida. En medio de la Pandemia Covid – 19, millones de manifestantes se tomaron las calles y las redes sociales para exigir libertad de expresión y reformas políticas y sociales que den fin al suplicio de los recortes de energía y apagones, la escazes de alimentos y productos de aseo, el severo deterioro de los servicios sanitarios y las medidas restrictivas impuestas por la administración ilegítima del presidente Miguel Díaz-Canel. No obstante, la movilización pacífica fue contrarrestada por las autoridades con brutal violencia, arrestos masivos y juicios sumarios. Tal como lo expresa, Alina, dramaturga y migrante, "No me fui porque me faltara la comida, sino por las limitaciones que trajo el no estar de acuerdo con el gobierno cubano. No permitían la libertad de expresión de artistas e intelectuales" (BBC News Mundo, 2023). En este sentido, una gran parte de los manifestantes tomaron la decisión de migrar por el miedo y el pánico generalizado ante el nivel de opresión estatal.  

Igualmente, el acuerdo de exención de visados entre Cuba y Nicaragua constituyó un factor dinamizador de la migración. El pasaporte cubano se ha caracterizado por ser muy restringido y dar acceso a un número reducido de países sin necesidad de tener visa, por lo tanto, la ruta Centroaméricana, por Nicaragua, Honduras, Guatemala, México hasta Estados Unidos, pasó a ser la principal vía de escape. Así lo ilustra, Yailyn, trabajadora y migrante, “Yo sabía que sería un paso que cambiaría mi vida, lo pensé y me dije: ¿pero si esto no es vida aquí en Cuba, a qué estás esperando? y me lancé. Nicaragua era la vía más fácil” (García, 2022). Cabe señalar que, el Ministerio de Turismo de Nicaragua aseguró que los cubanos visitaban su país para disfrutar de los volcanes y no porque hayan propiciado una ruta bisagra para la migración, por ello, en Cuba, la frase “se fue a ver los volcanes” es ahora una broma popular para referirse a las personas que valientemente optan por realizar la travesía.    

Sin embargo, aún un gran número de migrantes prefiere utilizar la vía marítima entre la costa de Cuba y Cayo Marquesa ubicada en Florida, EE.UU. En general, el trayecto de los migrantes lo marca la clandestinidad y lo guían los coyotes y las mafías, pero a pesar de que es un periplo peligroso, angustioso y desolador, lo volverían a hacer. Por ejemplo, Elián, exdeportista y migrante, manifestó: “Lamentablemente no es una felicidad completa porque mi esposa y mi niña todavía están en Cuba, mis padres todavía están allá, pero, solo me reprocho no haber tomado esta decisión antes” ​(García, 2022)​. Pese al temor de ser deportados y de morir en el intento, la migración es una decisión de vida y prácticamente la única alternativa para huir de la pobreza y la falta de opotunidades.

  

En línea, un alivio para la población cubana que planea migrar llegó tras la aprobación de Estados Unidos del Parole Humanitario para Cuba, un permiso de permanenecia temporal otorgado en virtud de la marca récord de migrantes desplazados forzosamente y de manera irregular. El permiso se confiere solamente a las personas que presentan el resplado de un patrocinador, familiar, amigo, residente… en Estados Unidos y que no tienen antecedentes delictivos. Para Marcos, ingeniero y migrante, “Esta opción ha llegado como una luz. Ha sido un proceso muy duro, que en siete días te cambie la vida así, tan drásticamente, te llena de esperanzas, pero a la vez hace que uno se sienta fatal” ​(Rodríguez, 2023)​. Sin duda, las medidas de Parole, reunificación familiar y envío de remesas dan un parte de aliento a la población cubana, pero, no logran satisfacer la demanda y dar una solución más efectiva y reactiva ante la crisis humanitaria.    

En contraste, el Estado Cubano ha negado que la población salga del país por el déficit económico, las desigualdades sociales y la represión política, por el contrario, culpan a Estados Unidos de vulnerar los acuerdos bilaterales y de incentivar la migración a través del embargo económico y la expedición de medidas de regularización autómaticas, tal es el caso, del incumplimiento de la entrega de 20.000 visas estadounidenses por año y de la Ley de Ajuste Cubano que permite obtener la residencia permanente después de transcurrido un año y un día de entrar al país ilegalmente. A pesar de los intentos del oficialismo por negar su responsabilidad y señalar culpables, la realidad es que una parte de los migrantes huye por la escasez, el hambre y el miedo a la represión y otra escapa porque el régimen amenazó sus vidas y los forzó al exilió. Así lo ratifica, Claudia Genlui, curadora de arte y exiliada, “Esa dictadura me ha arrebatado Cuba. Me ha arrebatado lo que soy, lo más valioso que yo tenía en la vida. Las cosas más valiosas son las que me ha arrebatado” ​(Ortega, 2023 )​. Efectivamente, la migración y el exilio son producto de la precaria administración y las medidas arbitrarias que impone el Estado.  

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