La Feria Internación del Libro de Bogotá es un espacio muy diverso en el cual cada persona, con sus intereses y pensamientos tienen un espacio, y Programa Cuba no es la excepción. En esta ocasión no solo fui observadora, sino que también participe del proceso de dar a conocer lo que sucede en la isla; la experiencia de acercarte a un extraño y captar su atención para que conozca una realidad completamente diferente a la suya, escuchar los comentarios de personas que creen con toda convicción que los discursos de odio hacia una población concreta tienen justificación; que consideran que el testimonio de personas que no tienen como acceder a los alimentos básicos como el arroz o que hay1066 presos políticos en lo que iba del año (hasta febrero de 2023), eran una invención de las personas que no compartían la ideología de Fidel Castro y de la Revolución. 

Son situaciones que llevan a cuestionar como las personas pueden tener una venda en los ojos autoimpuesta o impuesta por otros y que tan capaces son de justificar los actos tan crueles e inhumanos que suceden en la isla, pero luego llegan personas que están genuinamente interesadas por conocer un poco más de la realidad que viven los cubanos y que preguntan como el Estado que debe ser el garante de derechos y libertades de las personas, es capaz de violentarlos o eliminarlos con tal de seguir en el poder y seguir obteniendo beneficios para sí mismos. 

Y aunque hay personas que le quitan valor a tu argumento por ser joven o por no ser de la nacionalidad del país sobre el que hablas,  fueron más los buenos momentos y las experiencias gratas, con personas que apoyaban el proyecto y les parecía una gran iniciativa para evidenciar lo que realmente sucede, que preguntaban cómo podían enterarse de la realidad sociopolítica que se vive allí, cómo accedían a los materiales adicionales o cuándo eran los próximos eventos para invitar a sus amigos que creían en la libertad que todos tenemos derecho a disfrutar. 

La apertura del semillero a un espacio en el que el público objetivo cuenta con poco o nada de conocimiento sobre la grave problemática que sufre la isla, permitió un esparcimiento de la experiencias y aprendizajes que se han recolectado por años y que han hecho posible la concientización de cada vez más personas; sembrando el inicio o desarrollo de una perspectiva critica de la realidad cubana y la propia para que las personas no se dejen convencer de la propaganda política oficial y duden cada vez que una persona ponga como un “buen ejemplo comunista” a Cuba. 

Además, el hecho de contar con personas de origen cubano en el stand que han vivido esa situación de represión de primera mano, es una experiencia muy valiosa y significativa ya que permite aterrizar, colocarle nombre, edad y rostro a las situaciones descritas en los libros o en las revistas; lo que genera un sentimiento de empatía con lo narrado por los invitados y este sentimiento se puede ver replicado en cada una de las personas que eran asistentes de los eventos que se realizaron durante esas dos semanas, demostrando la importancia e impacto que pueden tener este tipo de stand en una feria internacional tan grande y concurrida como la de Bogotá.       

​

A su vez, se puede evidenciar como un stand puede generar tanta molestia a un Estado, hasta el punto de que se ven en la necesidad de enviar personas a boicotear una charla/espacio en el cual se están visibilizando situaciones que no se pueden ni se deben ocultar más tiempo. El mismo Estado que le vende al mundo una fantasía donde la isla caribeña es sinónimo de paraíso en el cual todo es igualdad y perfección, como una villa de cuento de hadas donde todos son felices, pero al rasgar esa superficie de mentiras, se encuentra la dura y difícil realidad en la que las personas piden a gritos libertad y mejores condiciones de vida.  

Finalmente, estos espacios permiten que se fomente la cultura, la enseñanza y la interacción con diferentes ideas o posiciones que tienen las personas, para observar de forma más amplia como perciben las personas de un mundo no tan académico estas realidades que se consideran alejadas o poco relevantes. Durante esos días, las barreras de algunos espectadores eran visibles pero su curiosidad sobre aquel #derechoatenerdechos o “Mapa de hambre en Cuba” podía más; el primer paso para superar estas barreras es estar abiertos al diálogo, al rechazo, al debate, tener conocimiento para posteriormente proporcionar el otro lado de la moneda que poco se cuenta y así fomentar esa semilla de curiosidad que los hizo arriesgase a preguntar “que es esto” o “que significa eso”.